Así como en julio, cuando el Pro retuvo por poco la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri hizo un sorprendente giro discursivo hacia la defensa del Estado y de políticas señeras del kirchnerismo como la Asignación Universal por Hijo y la estatización de los fondos de las AFJP, ahora es Daniel Scioli quien está acelerando un desesperado viraje para despegarse del actual gobierno y sumarse a la ola del cambio que las urnas del 25 de octubre pusieron en evidencia.
Un Macri más estatista y un Scioli menos kirchnerista, son parte de la disyuntiva que los argentinos tendremos que resolver el domingo próximo en el cuarto oscuro. ¿Cuánto de realidad y cuánto de marketing electoral tienen estas facetas de los dos hombres que pugnan por presidir el país?
El candidato oficialista llega al debate de esta noche en la Universidad de Buenos Aires (ver página 2) montado sobre una campaña que tiene dos grandes ejes: los ataques contra Macri por la política económica que supuestamente éste llevará adelante si llega a la Casa Rosada (lo acusa de defender los intereses del mercado) y una presurosa diferenciación del gobierno de Cristina Fernández.
Dos frases lanzadas el jueves ejemplifican el tramo final de la campaña de Scioli. Aseguró que “el 10 diciembre termina un gobierno y empieza otro”, por lo que destacó que “las cosas” las hará a su “manera” y afirmó que llega a la segunda vuelta del domingo 22 “sin ningún tipo de condicionamiento” por parte del kirchnerismo. Por otro lado, cuestionó a su rival: “Macri piensa dejar todo librado a la lógica del mercado, volver a un neoliberalismo que después termina haciendo estragos en la economía real, desprotegiendo a los sectores productivos”.
El postulante por el frente opositor Cambiemos, en tanto, ha concentrado su campaña en diferenciarse lo más posible del kirchnerismo y en autoproclamarse como el artífice de una nueva manera de hacer política. En el programa Animales Sueltos, Macri dejó el miércoles también dos frases que sintetizan la crítica mordaz a la forma de concebir la política del gobierno saliente y el rescate de las políticas K mejor valoradas por la sociedad.
“Venimos como propuesta y como equipo a cuidar a los argentinos. A ayudar a que puedan crecer, que se sientan más protegidos, acompañados por un Estado que te ayuda a resolver problemas y no como hoy, que te traba", planteó.
Agregó: “Vamos a continuar con YPF estatal como eje estratégico de volver a tener diversidad y seguridad en el suministro de energía en el país. La Anses también, pero sin La Cámpora adentro, para utilizarla de unidad básica para hacer política, porque de lo que hay que ocuparse es de los abuelos”.
Con trayectorias políticas más bien cortas, ya que Scioli se inició en 1997 -de la mano de Carlos Menem, quien le ofreció ser candidato a diputado por la Capital Federal- y Macri creó su propio partido hace 12 años -para disputar el gobierno de la Ciudad en 2003-, los dos hombres que la semana que viene dirimirán la segunda vuelta electoral tienen semejanzas en los estilos.
Ambos son componedores, no confrontadores y además coinciden en algunos diagnósticos sobre los principales problemas que tiene hoy la Argentina. Sin embargo, se diferencian en las recetas que proponen para solucionar algunos de ellos, especialmente los económicos.
El cepo, el dólar, la inflación
En la semana que pasó el kirchnerismo intentó por todos los medios instalar la discusión sobre la economía que viene. Macri, quien recorrió buena parte del país, evitó en cambio hacer grandes declaraciones y sólo se defendió de algunas acusaciones.
Según el oficialismo, el líder del Pro ya blanqueó que levantará el cepo cambiario en el primer día de su gobierno y que dejará un dólar único que tendrá el valor que fije el mercado. De estas consideraciones, el Frente para la Victoria colige que Cambiemos llevará adelante una maxidevaluación, de alrededor del 50% en un solo día, y que esto afectará a los salarios ya que habrá un traslado directo a los precios.
En rigor, Macri nunca dio precisiones sobre una eventual devaluación. Dijo que “lógicamente” el dólar oficial subirá pero también aclaró que los precios de los otros dólares -el paralelo, el contado con liquidación, el ahorro, etc- bajarán.
“Lo que nosotros debemos lograr es un único tipo de cambio que genere nuevamente la confianza y la expectativa para que el productor se ponga a invertir, a producir, a generar trabajo y a exportar. Esperemos que ese dólar esté por debajo de los 16 pesos”, dijo al diario El Tribuno, de Salta.
Aseguró que la mayor parte de los precios transables de la economía siguen al “blue”, que ronda los 16 pesos, por lo que entiende que no habrá una espiral inflacionaria.
Su posible ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, afirmó a otro medio: “Mirando la canasta básica de bienes y servicios, el 80% de los precios están atados al contado con liqui o al paralelo. El resto toman el oficial, pero sólo para algún insumo. Si se puede llevar el dólar único a 12 ó 13, estás bajando el tipo de cambio incluido en los precios”.
Luego de no poder ganar en la primera vuelta, Scioli salió a prometer un dólar oficial a 10 pesos en diciembre (el viernes cerró a 9,63). Pero, a diferencia de Macri, propone una salida muy gradual del cepo ya que sus economistas, en especial Miguel Bein, entienden que la apertura abrupta del control de cambios podría producir una crisis en las escasas reservas del Banco Central y una estampida inflacionaria.
Su rival, Macri, no le cree una palabra. “Ésa es otra mentira más del Gobierno que va a destruir a la Argentina. El dólar que promete Scioli en enero no lo consigue nadie”, dispara. Además, asegura que si la salida del cepo se hace en forma progresiva, los exportadores retendrán sus productos y por ende no ingresarán divisas al país.
Respecto de la inflación, Macri propone reducirla de a poco, a razón de unos cinco o seis puntos al año, de modo de que en 2019 llegue a un solo dígito. Scioli ha tenido más problemas que su rival para hablar del tema pero, tras verse obligado a disputar el balotaje, aseguró que no esconderá el problema, como lo hizo el kirchnerismo.
Ninguno de los dos candidatos explicó, sin embargó, qué plan tienen para lograr el cometido. Evitan hacer referencia, así, al ajuste fiscal, que es la gran palabra maldita de esta campaña. El que gane heredará un rojo fiscal de Cristina Fernández de alrededor del 6% del PBI. Cualquier intento por reducir la inflación sin abordar esa pesada mochila, será una quimera.
Las promesas
Salud
Macri: quiere replicar en todo el país la política sanitaria de la Ciudad de Buenos Aires.
Scioli: propone las Unidades de Pronta Atención (UPA), que su gobierno copió de la administración de Dilma Rousseff.
Educación-Ciencia
Scioli: dijo que llevará gradualmente la inversión en el área del "6% al 8% del Producto Bruto" y apuntó a las universidades como otra de sus prioridades. En este sentido, se comprometió a iniciar "un proceso de discusión para reformar la Ley de Educación Superior". Propone jardines de infantes desde los 3 años. Prometió aumentar 0,4 % las partidas asignadas al Ministerio de Ciencia y Técnica. Su ministro de Educación sería Alberto Barbieri y de Ciencia, Daniel Filmus.
Macri: aseguró que incrementará el presupuesto en Ciencia a 1,5% del PBI y propuso poner científicos en todos los ministerios para que acerquen la investigación a la gestión. En educación, propone la escolarización desde los 45 días y construir 3.000 jardines. Su ministro sería Esteban Bullrich.
Narcotráfico-Seguridad
Macri: propone una agencia para combatir todos los delitos complejos, entre ellos el narcotráfico. Además, plantea el traspaso de muchas funciones de la Policía Federal a la Metropolitana para permitir que la fuerza nacional tenga mayor despliegue en el país. Progresivamente, propone el retiro de la Gendarmería del conurbano para que refuercen las fronteras. Su ministro sería Guillermo Montenegro.
Scioli: Propone una agencia federal contra el narcotráfico. "Hay que hacer más eficiente la utilización de los recursos federales, fortalecer la red de radares con aviones teledirigidos y blindar las fronteras", dijo. Su ministro sería Sergio Berni y a Defensa iría Alejandro Granados.
Tarifas, retenciones y buitres
Otro punto de tensión es el sinceramiento de las tarifas que, en el Área Metropolitana de Buenos Aires, están subsidiadas y prácticamente congeladas desde 2003. El principal asesor económico de Scioli, Bein, asegura toda vez que puede que no puede pagarse por la boleta de la luz “lo que sale tomar un café con leche y dos medialunas”. Pero el candidato K decidió romper con esta idea de racionalidad y desde hace unos días asegura que si él triunfa no aumentará la luz, ni el agua ni el gas. Hace 12 años, a poco de asumir como vicepresidente, Néstor Kirchner lo freezó por hablar de “sincerar las tarifas”.
Desde el macrismo, Juan José Aranguren -ex directivo de Shell- salió a despejar el fantasma de que las tarifas subirán en el acto si gana Macri. “Los ajustes deben hacerse gradualmente -dice-. Los tiempos deben analizarse”, afirmó.
Un punto en el que tienen semejanzas es acerca de las retenciones al agro. Ambos consideran que deben sacarse completamente para las economías regionales, el trigo y el maíz y progresivamente para la soja. Pero esto último podría ser más brusco que lo que admiten los dos candidatos ya que se enfrentan a una urgencia recurrente: los dólares que los productores sojeros tienen retenidos por no liquidar la cosecha. Como dijimos, el Gobierno precisa esas divisas para controlar la inflación.
Por último, tanto Macri como Scioli aceptan que deberán negociar con los fondos buitre para destrabar el ingreso de inversiones al país y salir del “default técnico” en el que está la Argentina tras el imposible cumplimiento del fallo del juez Thomas Griesa. Pero ninguno de los dos candidatos ha dicho cuál camino tomarán.
El kirchnerismo hizo una juntada anti Macri en Mendoza
El escenario fue el prado de la Salud, del parque San Martín, y el encuentro se prolongó por varias horas. Allí, militantes del kirchnerismo se reunieron bajo la consigna “Amor sí, Macri no”, que ya motivó juntadas similares en otras ciudades del país. Hubo discursos y música en contra del candidato presidencial de Cambiemos y del supuesto ajuste que aplicaría, de ganar el próximo domingo.