La dueña del pitbull que atacó al perrito 'Tintero': "Lo tengo por seguridad"

La mujer dijo que la mascota "se escapó" y que nunca la saca a la calle para evitar problemas. "No ha matado a otros perros", se defendió.

La dueña del pitbull que atacó al perrito 'Tintero': "Lo tengo por seguridad"
La dueña del pitbull que atacó al perrito 'Tintero': "Lo tengo por seguridad"

Sin que se haya conocido su nombre siquiera, Daniela (30) se convirtió involuntariamente en noticia el martes pasado. Una noticia poco feliz, teniendo en cuenta que su perra -una pitbull- atacó y dejó al borde de la muerte a un perrito callejero en la Quinta Sección. El segundo perro -mucho más pequeño y débil que la pitbull, y quien fue bautizado como Tintero- fue rescatado por los vecinos de las inmediaciones de calles Luzuriaga, Huarpes y Pueyrredón; atendido en una veterinaria de la zona y actualmente se encuentra en tránsito y recuperándose en una vivienda de Villa Nueva.

Más allá del estado de salud del can, esa misma tarde -eran cerca de las 16:30- toda esa manzana se convulsionó, y más de un vecino puso el grito en el cielo al acusar no sólo a la pitbull sino también a sus dueños de descuidados, ladrones y hasta de vivir en una casa usurpada. Incluso, coincidieron en que no era la primera vez que el peligroso perro estaba suelto y atacaba a otro animal en la zona. Y sacaron a relucir una catarata de acusaciones contra sus dueños.

"Se dijeron muchísimas cosas. No sé de dónde salió que había matado a otros 5 perros ya, es mentira. Sí es cierto que ha herido a uno. Pero por eso yo no la dejo suelta, nunca la saco a la calle porque sé que es peligrosa", confesó con timidez la mujer en la puerta de su casa ubicada en Luzuriaga casi Paso de los Andes. "Esa tarde se me escapó, yo estaba cuidando a uno de mis hijos enfermos y se fue a la calle. Cuando pasó todo eso (el ataque al otro animal) mi hija y yo nos pusimos a llorar desesperadas y le pedíamos perdón a la gente. Los vecinos quisieron lincharnos, a mí me querían sacar el bebé de las manos", rememoró con timidez la mujer.

"Vivo sola acá, con 5 hijos. Y tengo el patio abierto permanentemente porque hay una obra en construcción al lado. No tengo nada en la casa, y así y todo se me han metido muchas veces a robar. No puedo estar sola acá y quedarme sin el perro. Lo tengo por seguridad", resumió la joven.

Pese a las acusaciones de usurpación de la vivienda, desde la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza destacaron que ni formal ni informalmente tienen denuncias o versiones sobre que esto sea una realidad (eso no quita que pueda haber una denuncia judicial -"aunque en el 98% de los casos, en la comuna nos enteramos si hay denuncias" destacaron-).

"Mi mamá trabajaba para la mujer que era dueña de la casa y cuando murió se la dejó a ella. Por eso estamos nosotros ahora acá, y yo pago todos los impuestos. De hecho, la hermana de la dueña está viva y siempre habla con nosotros. Si estuviese usurpada, ella habría sido la primera en hacer la denuncia y querer sacarnos", acotó Daniela.

Muchos de los vecinos de esa cuadra -desde el anonimato, "por temor" (aseguran)- refuerzan la idea de que quienes viven en esa casa son "gente conflictiva". Afirman y reafirman que la perra pasa bastante tiempo en la calle poniendo en peligro no solo a otros perros, sino también a personas. Y hasta aseguran -entre otras versiones- que en el lugar venden droga y utilizan a la pitbull para que se reproduzca y vender sus cachorros.

La mujer desmintió que la casa donde vive esté usurpada. "Mi mamá tabajaba para la dueña y cuando murió, se la dejó. Yo pago los impuestos y todo", aclaró.

"Creo que lo que le molesta a la mayoría de los vecinos es que yo viva acá. Porque mi casa se ve fea al lado de las de ellos; porque ellos tienen plata y yo no. Me han querido sacar policías -que vienen de civil, sin identificarse- y siempre ha sido jodido para nosotros estar acá. En la escuela que está a la vuelta ni siquiera quisieron inscribir a mis hijos", sintetizó la mujer.

Conmoción

La casa de Daniela -Luzuriaga casi al 600- contrasta con el resto de casas de esa zona de la Quinta Sección. Ya el frente se evidencia más descuidado que el del resto de las viviendas, al igual que las ventanas de madera y la puerta -cubierta también por una cortina-. Allí viven la mujer -ama de casa- y sus 5 hijos.

"El otro día, cuando se escapó el perro, nos quisieron matar los vecinos. Quisieron pegarnos a mí y a mi hija", resumió Daniela desde la puerta de su casa, que también cuenta con un improvisado portón de rejas y que deja un pequeñito espacio abierto del lado de adentro.

Hace 8 años la mujer vive en el lugar, y algunos vecinos sostienen que no está sola con sus hijos como ella sostiene. Según quienes viven en la misma cuadra, algunos días suele estar en el lugar un hombre mayor; así como también otro hombre ("uno grandote, que el martes salió a agarrar a la pitbull cuando atacó al otro", reconstruyeron).

"Nunca tuve ningún problema concreto entre la perra y los vecinos. No entiendo por qué se pusieron tan violentos el martes. Creí que la iban a matar, la salvó la policía", resumió Daniela. Y agregó que la discriminación hacia ella y sus hijos se siente permanentemente.

"Ya conseguí un bozal y una cadena para tener atada a la perra. Te aseguro que no se va a volver a escapar y no va a volver a ocurrir algo así. Pero no puedo quedarme sin la perra, porque ahí sí me van a robar lo que tengo", insistió.

Los vecinos

Entre el resto de los habitantes de la cuadra, las opiniones son diversas (al igual que la tolerancia).

Es que varios insisten en que se trata de una familia conflictiva, y argumentan el constante peligro de convivir con la perra deambulando por la calle. 
De la misma forma, hay otros que coinciden en que la convivencia es normal. "Recién el martes me enteré que esa familia tiene un pitbull. Jamás había visto al animal en la calle siquiera, ni hemos tenido problemas", acotó un hombre que vive a un par de casas de Daniela.

"Creo que a mucha gente le da por criminalizar a la chica. Como vive en una casa que no se ve tan linda como las demás, la acusan de todo lo malo y la discriminan. Yo he hablado poco con ella, pero es muy buena persona y jamás hubo ningún problema. De hecho, me ha ayudado algunas veces cuando vengo cargada con las bolsas del supermercado. Y le doy a ella y a sus hijos ropa que ya no uso y ellos necesitan", se explayó otra vecina de calle Luzuriaga, más cerca de la esquina con Huarpes.

"La mayoría de los vecinos te van a hablar mal de ella y de la casa. Pero porque ni siquiera conocen a quienes allí viven", sintetizó.

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