A fines de 2018, Los Andes abrió una convocatoria a la comunidad con el objetivo de distinguir a los "mendocinos imprescindibles". Entre los postulados, resultó llamativa la gran cantidad de mensajes que proponían a la doctora Silvia Camurri, quien trabaja en el Hospital Gailhac (El Algarrobal, Las Heras); y entre los incontables argumentos, sobresalían virtudes como "dedicación", "vocación", "compromiso" e "inclusión".
Con este antecedente, no sorprendió que durante la mañana de ayer, en el momento en que Pablo Matile -director del hospital ingresaba a uno de los pabellones de internación preguntando por "una mendocina imprescindible", todas las compañeras de la doctora le dedicaran un emotivo aplauso a Camurri.
"Me emociona y halaga este reconocimiento. Pienso que es mucho para mí. Yo simplemente cumplo con mi deber. Quizás para los demás puede parecer mucho lo que hago, pero a mí me nace", resume con humildad y emoción la mujer de 64 años, quien lleva 34 años en ese hospital y a quienes colegas, pacientes y vecinos de la zona reconocen como imprescindible en la comunidad.
“Tengo una forma de trabajar y me debo a la comunidad y a mi profesión. Siempre recuerdo a mi abuela que me decía: ‘no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha’. Yo siempre lo he visto como un compromiso moral”, continúa la mujer.
Entre las acciones llevadas adelante por la referente en estos 34 años y que trascienden lo profesional -muchas de ellas relatadas por la doctora con timidez, otras reconstruidas por quienes trabajan con ella-, se destaca la decisión de llevar consigo a algunos adultos mayores que allí estaban viviendo a celebrar Navidad y Año nuevo con la familia de la médica. O la de ayudar con mercadería y otros recursos a familias en el día a día.
“Tengo a varios ahijados en la zona de los hornos de ladrillo. Una de ellos salió abanderada nacional de la Escuela Bufano el año pasado y ahora quiere entrar a la Facultad de Medicina”, resume con una humildad orgullosa la mujer.
Personal y autoridades del Gailhac celebraron ayer los 60 años del establecimiento, y del acto participó el gobernador Alfredo Cornejo, entre otras autoridades. Y el mandatario anunció que licitarán la construcción del nuevo hospital en el lugar.
Vocación
Silvia Ángela Camurri vive en San José (Guaymallén) y nació el 24 de febrero de 1955. Aunque el año que viene se hará efectiva su jubilación, tiene en claro que seguirá aportando su granito de arena para ayudar. Incluso, aprovechará la oportunidad para ser una miembro activa de la cooperativa del hospital, ya que no puede serlo como empleada.
“Este hospital es como una gran familia. Y también somos la familia de estos pacientes, más de los que no la tienen. Diariamente les brindamos cariño, contención y afecto; además de lo referido a asistencia y medicamentos. Muchas veces no necesitan más que alguien que esté al lado, y les tome la mano. Y eso es una parte muy importante de nuestra función”, resume la mujer.
Camurri tiene a su cargo los tres pabellones de internación, dos de hombres y uno de mujeres. Además, continúa abocada a la atención de personas con diabetes en los consultorios externos.
"Cuando llegué al lugar, era una zona roja, principalmente en lo referido a la vulnerabilidad socioeconómica. Hay mucha población extranjera y muchos hornos de ladrillo, por lo que salir a la comunidad se volvió indispensable. No sólo en El Algarrobal, sino en toda la zona. Y en El Borbollón estaba el basurero, también", explica la médica, quien recordó que a fines de la década del 90 atendieron en la guardia del nosocomio el primer caso de cólera en la provincia.
“No había agua potable, por lo que teníamos que salir a concientizar a la gente y preparar sales especiales. El acceso al hospital tenía que ser urgente en esos casos. Y los directores que han pasado por acá siempre me pidieron hacer eso: salir a dar educación y atención primaria de la salud”, agrega Camurri.
La doctora ha tenido desde siempre un compromiso con las cinco escuelas ubicadas en la zona, llevando a ellas charlas de concientización sobre distintos temas y enfermedades; y siempre a contraturno del horario en el hospital.
Pensado en sus orígenes para brindar asistencia a 6.000 vecinos del lugar, actualmente son 45.000 las personas que están en la órbita del hospital. Además de los vecinos de El Algarrobal (de arriba, del medio y de abajo), se atiende a vecinos de El Borbollón, El Pastal, algunas zonas céntricas de Las Heras, El Plumerillo, Bermejo, Colonia Segovia y hasta de La Pega (Lavalle).
“Siempre estoy disponible para cualquier emergencia. Sea en la hora que sea y cuando sea, estoy a disposición. No podría nunca decirle a alguien que vuelva al otro día si necesita atención. No existen los horarios para mí” continúa.
Historias
La situación de vulnerabilidad de la población que vive en esas zonas también se presentan como un gran desafío para la asistencia sanitaria. "Hay barrios en los que hemos atendido a personas arriba de una carretela. O nos ha tocado atender a un chico del basural que presentaba una intoxicación por haber comido pescado de la basura. Recuerdo que hace unos 15 años, cuando recorríamos el barrio Democracia, atendíamos en una unión vecinal y la sala de espera era un patio de tierra. Cuando se levantaba viento o llovía, la gente esperaba directamente en mi auto", recapitula Camurri. De hecho, recuerda también aquellos años en que el baúl de su vehículo hacía las veces de botiquín, ya que solamente podían atender a los pacientes en un container de chapa y no podía dejar allí los medicamentos al no tener ventilación ni la temperatura indicada.
“Hace varios años también llevaba a algunos adultos mayores que no tenían familia a pasar las Fiestas con mi familia, y después los traía de vuelta al hospital. O llevaba a algún paciente por el fin de semana a lo de su hermano -muchas veces los dos estaban igual de solos- y también los traía de vuelta al hospital”, sigue Camurri.
“Creo que Dios me ha puesto en el camino la posibilidad de desenvolverme así, y agradezco a las autoridades que siempre me dieron libertad”, se sincera la médica, quien también es vicepresidenta de la Sociedad Cuyana de Geriatría y Gerontología, y docente de la cátedra de Geriatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Mendoza desde hace 19 años. “No se me complica combinar mi vida familiar con la personal. Soy soltera, pero mi hermana y yo tenemos que abocarnos a mi mamá. Ellas siempre me apoyaron”, asegura.
Promesa de edificio nuevo para celebrar los 60 años
Durante el acto de festejo por los 60 años del Hospital Gailhac, el gobernador Alfredo Cornejo anunció la construcción del nuevo edificio para el hospital -se construirá en un terreno lindante al actual-. Según anunció Cornejo, la licitación se hará en setiembre y la intención es comenzar con la construcción antes de que termine el 2019.
Contará con 3.100 metros cuadrados para atender a los más de 40.000 ciudadanos que viven en la zona de influencia, además de 18 consultorios con sistema de turnos modernos. Incluirá módulos de educación a distancia para la tercera edad y todos los vecinos.
"Mucha gente ha hecho de este lugar su hogar. Durante años pasados, el Hospital Gailhac tuvo una gran decapitación, dada por malas administraciones -y muchas veces corruptas- que lo dejaron caer por no darle bolilla al Estado", resumió Cornejo, acompañado por la ministra de Salud, Elisabeth Crescitelli y el intendente de Las Heras, Daniel Orozco (entre otros).
“A este hospital se le llovían los techos cuando llegamos, y era un costo altísimo con una mala infraestructura. Acá se va a buscar a la gente a la calle o a la casa, porque la mayoría de la gente no viene al hospital -salvo cuando está enferma-. Por eso vamos a construir a nuevo el Gailhac en este lugar”, resumió el gobernador.