La brecha entre el dólar oficial y el paralelo, que según la cotización del viernes pasado llegó al 86%, agrega una mayor presión sobre la inflación, que acumula una suba interanual cercana al 40%.
"La apertura de la brecha cambiaria apuntala las expectativas de devaluación del dólar oficial, genera inestabilidad sobre la demanda de dinero y empuja sobre los precios al alza”, explica Soledad Pérez Duhalde, economista de la consultora Abeceb.
“Es un círculo vicioso en el que la misma apertura termina generando incentivos en el mercado cambiario que redunda en una mayor brecha y aportan más combustible a la inflación”.
“Si los importadores o los productores no saben cuál va a ser el costo de reposición de sus productos, o el comerciante, de su mercadería, se produce una situación de incertidumbre que estimula la suba de precios”, señala Fausto Spotorno, economista de la consultora Orlando Ferreres & Asociados.
“Cualquiera que quiera comprar una computadora y ve la brecha cambiaria, anticipa la compra de todo lo electrónico”, sigue Spotorno. Si el Gobierno no habilita el ingreso de esa mercadería, suben los precios. Lo mismo ocurre con los pasajes turísticos y todos los bienes vinculados al tipo de cambio”. En definitiva, la brecha cambiaria hace que la gente tome decisiones”. Desde agosto, la inflación se aceleró por la expectativa devaluatoria.
