La discusión por sobre las diferencias

El ex candidato presidencial por el Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, se negó a participar de un encuentro con el presidente Mauricio Macri por considerar que “sería falso” encontrarse con quienes “están en las antípodas” de su posición.

La discusión por sobre las diferencias

Todavía trascienden reacciones en la sociedad, especialmente en los correos de lectores y columnas de opinión de los diarios, por el rechazo del ex candidato presidencial del Frente de Izquierda (FIT), Nicolás del Caño, a asistir a una reunión cara a cara con el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada.

El joven dirigente argumentó que le parecía falso estar presente en el encuentro con un gobierno que plantea una orientación social que “está en las antípodas de lo que piensa el Frente de Izquierda” y que “el proyecto político que ganó las elecciones no representa la orientación social que pretendemos. Asistir hubiera sido como convalidar a la actual administración”.

Justamente, por todas esas discrepancias hubiera sido interesante ver a Del Caño sentado frente al Presidente, no para asentir la palabra oficial sino para plantear lo que su sector piensa sobre la realidad actual.

Ir, se ha dicho desde distintos sectores, no significada claudicar en las posiciones sino, por el contrario, plantearlas con energía ante quien debe tomar las decisiones de Estado. La otra garantía la otorgaba el hecho de que se trató de una convocatoria pública, donde todo quedó expuesto sobre la mesa sin secretos a la vista.

El haber expresado las diferencias e insistir con la propia posición le hubiera significado a Del Caño demostrar que es posible la convivencia en el disenso.

Puede resultar sincero el temor de que existía el riesgo de interpretar la concurrencia, por quienes acompañaron con su voto a esta fuerza política, como una debilidad y un alineamiento frente a la tesis oficial de que somos una familia. “El diálogo al que nos convocan es una bomba de humo para tapar esto, y por eso lo rechazamos. Con estos encuentros Macri está buscando apoyos políticos”, fue otra de las quejas que ensayó el político de 35 años.

¿Qué hubiera pasado si el proceso hubiera sido al revés, con el hombre del FIT sentado en el sillón de Rivadavia? Es posible suponer que iba a llamar a sus adversarios para consensuar, ya que difícilmente una fuerza sin antecedentes en la gestión gubernamental podría llevar sola la difícil tarea de conducir un país. Por otro lado, el aspirante de la izquierda se manifestó contrariado por la ausencia de Daniel Scioli en el debate presidencial de octubre, cuando el entonces gobernador de Buenos Aires dejó un atril vacío

“No hay excusa para no debatir. Nosotros propiciamos los debates; mientras más haya y estén todos los candidatos, mejor. Nunca rehuimos y queremos debatir porque estamos convencidos de nuestros planteos y nuestras ideas”, había manifestado el político nacido en Córdoba, sin meditar entonces que luego él haría algo parecido a lo que reprochaba.

Entonces, no participar del diálogo ha significado un retroceso porque se perdió una oportunidad para señalar, una vez más, cuáles son las discrepancias, a sabiendas de que el Gobierno seguirá desarrollando su proyecto político.

Del Caño, sin embargo, reivindica su vocación “de debatir, pero no a puertas cerradas sino en el Congreso” porque, en ese ámbito, afirmó: “La izquierda tiene decenas de proyectos de ley para poner a consideración”, como por ejemplo un bono o plus de fin de año para todos los trabajadores y jubilados, la prohibición de despidos por dos años y la ley del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Hasta el propio Jorge Altamira, competidor en las internas partidarias, criticó a Del Caño por no prestarse al encuentro con el actual mandatario y consideró que “el ajuste no se puede corregir mandando una carta. Yo hubiese ido. Expreso mi posición, escucho atentamente lo que tienen para decirme y a la salida les cuento a los periodistas la postura del Partido Obrero y del Frente de Izquierda. Hubiera sido espectacular ir”, añadió el veterano militante.

Es posible que en el futuro haya nuevas citas con gobernadores y dirigentes de la oposición. Tal vez Del Caño recapacite y consienta discutir en el corazón del poder, como es la Casa de Gobierno, además de defender sus planteos y los de su agrupación en el Parlamento, como está bien que se haga.

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