El término “diplomacia epidémica” lo plasmó el profesor Messut Hakki Casin, de la Universidad Yeditepe de Estambul, al analizar la situación por la cual líderes mundiales acusan a la República Popular China de encubrir el brote de coronavirus en sus inicios y antes de que se convirtiera en pandemia mundial.
El profesor Casin ha descripto este período de duración incierta, como “diplomacia endémica”, sosteniendo que la política exterior de Estados Unidos y China, se está transformando en el último duelo del siglo XXI, que puede terminar en una guerra mundial, afirmando: “Creo que el conflicto será a través de Corea del Sur y del Norte”.
La Secretaría de Estado de los Estados Unidos comenzó a actuar en la Organización de Naciones Unidas, en sus órganos más importantes: Asamblea General y en el Consejo de Seguridad que tiene como fin según la Carta constitutiva del organismo internacional: “mantener la paz y seguridad internacional”, siendo parte del Consejo como miembro permanente con derecho de veto, al igual que el Reino Unido, Francia, la Federación Rusa y China.
El objeto es conseguir que tanto la Asamblea General como el Consejo, emitan resoluciones permitiendo que China enfrente cargos en un Tribunal Internacional, por la tardía notificación de los primeros casos de Wuhan, que habría permitido detener la epidemia si China hubiera dado información para detener el virus en su origen.
En esta inteligencia, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, manifestó a un diario alemán (Bild): “… que China tiene la culpa de los daños causados por el coronavirus en todo el mundo. Habrá un momento en el que los responsables tendrán que rendir cuentas. Tengo mucha confianza que esto sucederá”.
En otras palabras, EEUU está tratando de poner en marcha el Reglamento sobre Responsabilidad Internacional de los Estados de la Comisión de Derecho Internacional Público de la ONU.
En el mismo sentido, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, también cuestionó el manejo del brote por parte de China, afirmando que era ingenuo sugerir que había manejado bien la crisis. Y el jueves 16/04/2020, el secretario de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, dijo: “Tendremos que hacer algunas preguntas difíciles sobre cómo se produjo y cómo no se pudo haber detenido antes. No podemos tener negocios como antes”.
Por otra parte, el periódico The Washington Post, publicó un reporte según el cual, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), había advertido al Congreso y a la Casa Blanca en enero y febrero que el coronavirus se convertiría en una “pandemia” global.
La Organización Mundial de la Salud, declaró el brote como una pandemia global el miércoles 11 de marzo. Y el Covid-19 se identificó por primera vez en un brote en Wuham, China en diciembre pasado, extendiéndose a cerca de 186 países.
La diplomacia endémica del profesor Casin, implica que a consecuencia del Covid-19, el conflicto comercial entre EEUU Y China, tendrá en algún momento una dimensión militar diferente a la era de la Guerra Fría. Diplomacia endémica que ha hecho crecer vertiginosamente la inversión militar de ambos países (USD 700 mil millones en gastos de defensa anuales por EEUU y USD 200 mil millones al año por China) sin que la Comunidad Internacional Organizada (ONU, OEA, Unión Europea, etc), lo conocieran, hicieran algo al respecto o simplemente fueran copartícipes.
Hoy esta diplomacia endémica se trasladó al orden mundial y vemos absortos como todos los países no tendrán problema en ejercerla en defensa de los Estados que lo conforman y de sus elementos constitutivos: territorio propio, población que vive en él y orden jurídico-político. Siendo la política pública de salud, la garantía para que los mencionados elementos constitutivos se mantengan y por ende los Estados.
Hoy sin duda alguna estamos ante un desafío histórico y un cambio de época en el compás que hace girar las relaciones internacionales y la política exterior. El orden mundial cambiará, pues aparece como necesario encarnar y respetar valores como la dignidad humana, la solidaridad y la igualdad de trato hacia y entre las personas, apareciendo la necesidad de líderes éticos que manejen la crisis, mientras que estratégicamente construyen nuestro futuro.