La deuda de Mendoza es objeto de discusión desde hace varios meses entre el oficialismo y el peronismo. Todo indica que volverá a tener protagonismo a partir de hoy cuando se presente en la Legislatura el proyecto de Presupuesto 2020. El lunes, la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti exigió un "sinceramiento de las cuentas públicas" para abrir el debate legislativo y analizar no sólo la pauta de gastos sino también el pedido de endeudamiento que enviará el gobernador, Rodolfo Suárez, para el año que viene.
Según la última información publicada en el sitio web del Ministerio de Hacienda, el stock de la deuda pública de la provincia a setiembre de este año era de U$S 1.218 millones, es decir $ 76.734 millones con un dólar calculado en $ 63. En el Gobierno destacan que es una cifra menor a la de cuatro años atrás, cuando el peronista Francisco Pérez dejó una deuda de U$S 1.487 millones, que con una cotización del dólar a $ 9,87 representaban $ 14.676 millones. Esto significa que hubo un descenso en el pasivo en moneda extranjera de U$S 269 millones y una suba considerable en moneda nacional de $ 62.058 millones.
Desde el Ejecutivo señalan que las cuentas provinciales son "estables pero no holgadas" y que están las condiciones dadas para seguir en la senda del financiamiento exclusivamente para obra pública para, de esta manera, contener parte del empleo que se genera en la construcción. Además señalan que "los datos están públicos y abiertos para que se puedan estudiar".
Esto en respuesta al PJ, que viene pidiendo a Suárez "sincerar" las cuentas ya que, según ellos, "Mendoza está en una situación crítica, con una baja en la recaudación y un gran porcentaje de la deuda en dólares, lo que incide negativamente con la devaluación".
Dos lecturas diferentes
Según el ojo de quién lo mire es la evolución de la deuda provincial. Para el PJ, subió; para el oficialismo, bajó.
Del lado peronista la miden en pesos porque "es la moneda que rige en el país y los recursos que se reciben son en pesos", más allá de algunos números como las regalías petroleras o mineras (que están en dólares). Del lado radical, lo hacen en dólares, ya que aseguran que es la moneda "fuerte" con la que se puede conocer el real estado de la deuda.
Pero hay otra controversia: en el peronismo denuncian que la deuda, comparándola con el Producto Bruto Geográfico (PBG), "pasará de representar el 8,8% del PBG en 2015 al 13% a fines de este año, lo que representa un crecimiento del 50%".
En el Gobierno manejan otro número: sostienen que la relación entre los servicios de deuda y los recursos corrientes netos de transferencias por coparticipación es de 10,5% (segundo trimestre de 2019) y está por debajo del límite del 15% que establece el artículo 21 de la ley de Responsabilidad Fiscal. "Ése es el límite que marca la ley para conocer en qué condiciones está la provincia para poder hacer frente o no a sus pagos", aseguran; y además insisten en que las deudas contraídas por la gestión de Alfredo Cornejo (como el bono de U$S 500 millones) "fueron para pagar todas las deudas que dejó Pérez entre proveedores y sueldos".
Es importante tener en cuenta que la mayoría de los vencimientos de la deuda se concentran entre 2020 y 2024. Entre capital e intereses, el año próximo Suárez deberá cancelar $ 18.829 millones, junto a otros $ 25.000 millones en 2022 y 2023. Ya en 2024 el vencimiento de deuda será de $ 18.000 millones; y desde 2025 en adelante baja drásticamente a menos de $ 2.000 millones, por lo que el oficialismo intentará posponer el pago del capital de la deuda de los próximos años. De hecho, el del año que viene será de $ 8.229 millones.