La deuda de la provincia de Mendoza, constituye el principal cepo que obstruye el desarrollo. En esto la gestión Cornejo ha sido la más perjudicial, irresponsable y temeraria.
Tal como un diligente padre de familia, un buen administrador nunca debe comprometer el futuro del bienestar del común, asumiendo compromisos de deudas de gran tamaño, de costosos gastos en intereses y servicios, dinamitando el futuro mediato.
Para graficar de manera rápida y que el mendocino tome una real dimensión del saldo negativo de las cuentas, la deuda mendocina se compone en dólares, de U$S500 millones de los Bonos Mendoza 2024, que Cornejo tomó a principios de su “administración”. El sólo hecho de que haya sido en dólares, ya genera una crispación y demuestra palmaria irresponsabilidad, en moneda norteamericana y a una tasa anual del 8,6%, sin contar la oscura huella de las comisiones que se pagaron para ubicar esa deuda. Otro bono por U$S21,8 millones. Además créditos del BID por U$S172 millones, del BIRF por U$S39,83 millones y del BICE por U$S3,9 millones. Y en pesos, $8.129 millones al Gobierno Nacional, $6.827 millones al Banco Nación y $5.218 millones a los tenedores de bonos. La sumatoria de todo es de casi $55.000 millones.
Ahora bien, si esta deuda el gobierno de Cornejo la hubiese tomado y los resultados se hubieran traducidos en la puesta en marcha del motor del desarrollo, la realidad no sería tan trágica y el futuro tan hipotecado.
Pero analicemos, los pagos por intereses de la deuda en el año 2018 ascendieron a $6.593.000.000, mientras que el monto total ejecutado en la obra pública del mismo año, sólo llegó a $5.823.000, esto demuestra que Mendoza se encuentra postrada, no sólo por la falta de políticas de Estado en materia productiva, sino también, por una irresponsable administración en la toma de deuda y su “inversión” casi exclusiva en el pago de la misma.
Cornejo en comparación a su antecesor elevó la deuda en un 250%, según los datos aportados por la Tesorería General de la Provincia, entonces decir que estamos en presencia de una gestión austera y de orden en las cuentas, es una verdad a medias y como toda verdad a medias, termina siendo mentira.
Es pertinente resaltar el fracaso de la política de la sociedad Cornejo-Macri, Mendoza sigue siendo la provincia amiga humillada, otras provincias siguen recibiendo el doble que nosotros y ni siquiera son parte de Cambiemos.
Para terminar, lo preocupante es ver como el Gobernador con su discrecionalidad, beneficia a grandes grupos económicos, bajando las regalías del 12 al 9%, como el caso de la empresa El Trébol (Decreto 485/19) en desmedro de las arcas provinciales, aproximadamente éste beneficio alcanza a U$S600 millones, dinero que hubiera servido para achicar la abultada deuda mendocina.
La conclusión a la que arribamos, que en materia de deuda provincial la “revolución de lo sencillo” de Cornejo ha salido tan cara que no se pagará con “sencillo” sino con billetes grandes que saldrán de los caros impuestos a los mendocinos.