Que la fortaleza del Malvinas es una de las características más notables de este Godoy Cruz no hay lugar a dudas. Ahora bien, nadie en su sano juicio podrá negar que al equipo de Larriera le cuesta horrores cada vez que sale de Mendoza.
Al menos en lo que va de la Superliga, el Tomba todavía no conoce la victoria en condición de visitante. Y no sólo eso, los números son tan elocuentes como insuficientes.
Es que de doce puntos posibles, Godoy Cruz tan solo sumó una unidad: empate ante Newell’s en el Coloso de Parque de la Independencia. Los otros tres fueron derrotas. Mal.
La próxima estación del Expreso será el lunes 20 de noviembre frente a Olimpo en Bahía Blanca, en uno de los encuentros que cerrará el noveno capítulo. ¿Qué mejor oportunidad que redimirse de esa situación y sumar de a tres?
Además, por si fuera poco, existe otra racha negativa que el Tomba podría romper con un triunfo en tierras bahienses. El Expreso no pudo ganar en ninguna de sus visitas al Roberto Carminatti en Primera División.
Ante Olimpo en dicha condición suma tres derrotas al hilo (3-1 en 2014, 1-0 en 2015 y 3-0 en la temporada 2016/17). Antes de eso empató 2-2 y 3-3 en los Apertura y Clausura 2011, respectivamente. La misión, entonces, es complicadísima.
Contracara
En contraposición a la mala cosecha como visitante, en la tierra del sol y del buen vino el Tomba se hace cada vez más fuerte. Y gana hasta cuando no lo merece, tal como sucedió en los encuentros ante Independiente y Huracán, donde fue dominado por el adversario en grandes pasajes del juego.
Ante Talleres también fue un encuentro equilibrado que el equipo de Larriera ganó agónicamente y su mejor actuación hasta el momento fue sin dudas la goleada (3-0) sobre Gimnasia de La Plata.
Pagar la deuda externa es el próximo objetivo de un equipo que busca su identidad.