El sector petrolero de Mendoza lleva varios años de crisis productiva, pero pocas veces tuvo que enfrentar una caída de la demanda tan profunda como la que atraviesa en estos días, a causa del aislamiento obligatorio por el coronavirus. El consumo de combustibles es tan bajo, que la destilería de Luján de Cuyo dejó de comprar crudo a terceros (se abaste solo con la producción propia de YPF) y está trabajando solo al 50% de su capacidad.
Las consecuencias probables de este escenario son múltiples y van desde el cierre de empresas, hasta bajas estrepitosas en la recaudación de la provincia por regalías. La rigurosidad y la extensión de las medidas preventivas impuestas por el Gobierno Nacional, serán determinantes a sobre la realidad sectorial.
Qué pasa en la destilería
Usualmente, el parque automotor de Mendoza consume unos 60.000 m3 de combustible mensuales. A eso se suma la demanda de las aerolíneas y las ventas a otros sectores productivos. Aun no hay datos oficiales respecto a las ventas logradas por las estaciones de servicio en marzo, pero a nivel nacional la Confederación de Entidades de Hidrocarburos (Cecha) advierte una caída de entre 80% y 90% respecto a los volúmenes normales.
En las próximas semanas se confirmará si la baja está o no dentro de esos márgenes, pero no hace falta esperar los números finos para saber que existe una caída de consumo histórica. De hecho, Emilio Guiñazú, Subsecretario de Energía y Minería, advirtió que YPF está dejando de comprar crudo a terceros por falta de demanda.
Lo que sucede, es que al haber tan pocas ventas en las bocas de expendio, las estaciones de servicio casi no están comprando la producción la destilería de Luján de Cuyo. Todo ese volumen que no sale al mercado, queda en los tanques de la destilería y genera un escenario de "sobrestock".
"La refinería está con una carga del 50% y es la que está mejor en Argentina. Cutralcó cerró, está parada, y La Plata está al 30%. Con esa producción se va cubriendo la demanda que existe en la actualidad, pero ya no hay donde poner crudo nuevo", indicó el funcionario.
"Se mantuvo un ritmo de producción que llenó todos los tanques de refinado y hoy el despacho es muy lento. Además, una vez que finalice la cuarentena, la reactivación va a llevar un tiempo y para que la destilería vuelva a trabajar a un 100%, primero deberá volver a los niveles de stock normales", agregó Guiñazú.
Fuentes de la industria petrolera confirmaron que el exceso de crudo es un problema común en todo el país y alcanza también a otras empresas del sector, como Raizen y Pan American Energy, que también han dejado reducido su actividad.
Impacto en las empresas
El sobrestock de combustibles en la destilería de Luján de Cuyo ha provocado desequilibrios en toda la cadena productiva y podría conducir al cierre de pymes del sector. Alejandro Rodríguez, presidente de la Cámara Mendocina de Empresas de Servicios Petroleros (Camespe), describió el mismo escenario que Guiñazú: "Normalmente YPF se abastece en Mendoza con producción propia y con el crudo que le compra a empresas más chicas. Desde abril, esto último se cortó. Ahora YPF no compra a terceros", señaló.
"Las empresas productoras están buscando alternativas para encontrar destino al crudo extraído. Hay 81 pedidos de permisos de exportación y mas de 840 mil m³ de petróleo disponibles, pero es poco probable que el mundo lo demande", lamentó el empresario. Cabe aclarar, que incluso YPF está evaluando exportar una parte de su producción excedente.
A esto se suman los conflictos internacionales que hundieron el precio del crudo y comprometieron la producción a nivel mundial. "Las operadoras de servicio están con un problema severo, no solo por la pandemia", concluyó Rodríguez.