La saliente gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal presentó hoy su rendición de cuentas, en la repasó los principales aspectos de su gestión, habló sobre el nivel de deuda con el que queda la provincia, sobre su futuro político y sobre los futuros liderazgos en la alianza Cambiemos.
La mandataria inició su exposición refiriéndose a la situación económica, que fue tema de debate con el gobernador electo Axel Kicillof, quien llegó a denunciar que recibirá una “provincia arrasada”.
“Quiero poner sobre la mesa el tema de la deuda. Cuando llegamos a la gestión, la deuda registrada del gobierno anterior era de 9.300 millones de dólares, pero a medida que fueron pasando las semanas fuimos encontrando expedientes, facturas deuda a proveedores, a organismos provinciales, al Banco Provincia, que nos revelaron que había una deuda no registrada que también teníamos que pagar y que era equivalente a 1.800 millones de dólares”, planteó.
Al respecto, dijo que por ello el “total la deuda que encontramos en la provincia en diciembre de 2015 fue de 11.200 millones de dólares” y aclaró que ahora, al término de su mandato, “la deuda que vamos a dejar al 10 de diciembre de 2019 es de 11 millones de dólares, 200 millones de dólares menos”.
Vidal también indicó que dejará un déficit de 50.000 millones de pesos. “Cuando llegamos era de 21.000 millones de pesos y si ajustamos por la inflación de estos años, ese déficit sería el equivalente a 77 mil millones de pesos”, diferenció.
La mandataria bonaerense saliente también aprovechó para hacer pública su situación patrimonial: “Llegué con una casa cuyo crédito hipotecario estaba terminando de pagar, con un auto y con ahorros que declaré. Después me divorcié y me quede con media casa, medio auto y ahorros parecidos”.
“Y me voy a ir con un departamento que compré con mi media casa y mi medio auto y una deuda hipotecaria, y ahorros más bajos a valor dólares que los que declaré en el año 2015”, agregó.
Seguido, planteó: “No me voy con el bolsillo pesado, pero con la convicción y la tranquilidad de haber dado lo mejor”.
Sin embargo, la gobernadora también consideró que “es honesto reconocer que hay lugares a los que no llegamos, situaciones que no atendimos, problemas que no resolvimos” porque, dijo, “cuatro años es poco tiempo para resolver problemas estructurales que la provincia arrastra desde hace décadas”.
Vidal también se refirió a su futuro y subrayó que su vocación es representar al 38% de los bonaerenses que votó al frente Juntos por el Cambio en las pasadas elecciones en esa provincia. “Ahora tenemos todos la responsabilidad de representar”, dijo y agregó que también habrá “61 intendentes de Cambiemos que van a seguir gobernando”.
“Voy a seguir recorriendo los barrios. Es mi vocación que va más allá de la política. Sin duda va a haber un tiempo de descanso con mis hijos que hace mucho no tenemos un tiempo de descanso sin teléfono”, anticipó.
Pero reiteró que va a trabajar en el sector privado, porque explicó: “Vivo de mi sueldo y a partir del mes de marzo estoy viendo distintas propuestas para trabajar, lo que no quiere decir que no siga haciendo política pero no quiero vivir de la política”.
Vidal también se refirió la reconfiguración de los liderazgos a nivel nacional de Cambiemos y remarcó que los mismos deben basarse en la “generosidad” y en la unidad.
“Ese es el desafío que Cambiemos tiene por delante, volver a ser una alternativa a nivel nacional y provincial, y ahí es mucho más importante que todos seamos parte que discutir un liderazgo único”, detalló.
Al respecto, completó: “Que haya un expresidente marca un espacio de liderazgo pero también hay otros líderes y por supuesto me excluyo. Pero sin dudas la provincia de Buenos Aires va a tener un rol importante en la construcción de Cambiemos nacional. Es momento de generosidad, de unidad”.