El frío del invierno, que por estos días está haciéndose sentir con particular crudeza, deja al desnudo la realidad que en otras condiciones parece invisible. Cada vez hay más personas que viven en la calle o piden asistencia para tener resguardo, abrigo y comida.
Así lo afirman las organizaciones sociales que, ante esta situación, suman espacios y han coordinado acciones para garantizar comida todos los días, bajo el nombre de Red de Calle Mendoza.
Referentes de diversas entidades que la conforman aseguraron que cada vez reciben a más gente que pide ayuda. Y coinciden en que el proceso se observa desde hace unos tres años. Familias, mujeres con niños y jóvenes son los "nuevos pobres" que llegan a estas instancias y se quedan sin techo, según cuentan. Y esto marca una diferencia de los que históricamente han sido mayoría en esta condición: varones de más de 50 años, un grupo en el que suelen permanecer mucho tiempo, tanto que ya no pueden ni quieren reinsertarse.
Pero ahora, a los comedores, áreas de gobierno y refugios están llegando otros sectores.
En la dirección de Contingencia de la provincia reciben entre 50 y 70 solicitudes por día, mientras que en lo que va del año han brindado ayuda en 527 casos (cada caso representa en ocasiones familias y en otras, individuos).
“Vemos que crece la cantidad de personas que están en situación de ‘pre-calle’, que se acercan a las plazas a buscar alimentos y hacen el circuito entre las organizaciones”, explicó la directora del área, Priscila Segura. Dijo que en los tres albergues con que cuenta la provincia alojan a unas 200 personas y que en invierno crecen las plazas.
Además, asisten actualmente a unas 350 personas. Entre ellos, algunos perdieron su techo; otros, tienen algo que se le parece a una vivienda pero sólo es un resguardo precario.
Familias y jóvenes
Unas 20 organizaciones han conformado una red y propuesto espacios en un cronograma específico. Están en salones y plazas, salen a la calle durante el día y la noche para ayudar y brindar contención.
"Vemos más personas necesitadas y ha cambiado bastante la población: cada vez hay más jóvenes y familias en situación de calle", destacó Marco González, de Puente Vincular, que atiende a unas 400 personas del microcentro.
González dijo que entre los necesitados hay muchos con problemas de adicciones y familias con niños.
También comentó que la sanción del Código Contravencional ha complicado a algunos que ya no pueden subsistir de cuidar autos o lavarlos. "Hay otras cosas en juego como adicciones o patologías mentales. Estos problemas no se resuelven sólo con dar trabajo porque no pueden mantenerlo. Ellos necesitan un abordaje más integral", dijo.
Situaciones nuevas
La funcionaria Priscila Segura, por su parte, aceptó el diagnóstico de las entidades: que las familias que ahora reclaman asistencia pertenecen también a las clases medias bajas, y no son necesariamente de los segmentos más pobres. Por eso también recalcó que es más fácil ayudarlos y que tras la ayuda logran recomponer su situación en un plazo más corto. A este grupo lo conforman aquellos que han perdido su trabajo y han sido desalojados de la vivienda que alquilaban.
Referentes sociales explicaron que no suelen pasar más de uno o dos días en la calle porque en estos casos la asistencia llega pronto para que tengan un techo los niños.
Segura explicó que en estas situaciones se brinda un subsidio para que paguen un alquiler por unos meses y se tienden redes para ayudarlos a conseguir trabajo, lo cual da resultados pronto.
Más jóvenes en la calle
Los jóvenes (entre 25 y 35 años) son otro grupo que crece en calles y comedores. Gran parte proviene de zonas alejadas del centro urbano o de fuera de Mendoza y buscan trabajo. "Al no conseguirlo se quedan sin lugar, pero no son personas que está en situación de calle siempre. Lo suyo se visibiliza más por el frío", dijo.
Silvina Pasalacua, miembro de la organización Ayuda Urbana, dijo que además hay mucha violencia en la calle y que es de los últimos años. "La cantidad de gente es bastante, se vienen sumando muchos chicos jóvenes que no quieren volver a la casa", señaló.
Las entidades ofrecen desayuno almuerzo y cena en diferentes puntos del gran Mendoza. También dan duchas y atención médica. La casa de asistencia de la Iglesia de la Merced y la casa del Migrante en Guaymallén son algunos puntos.
Historias de hambre, frío y desamparo
Ayer al mediodía, un joven esperaba en la puerta de un comedor de Guaymallén junto a varias personas más. El aire estaba frío y tras la reja la promesa era algo caliente para calmar el hambre. Era la primera vez que iba, contó a Los Andes y prefirió no dar su nombre. Vino de Buenos Aires hace dos días para buscar trabajo, ya que se dedica a la gastronomía y pensó en tener suerte con la temporada invernal. Pero con los bolsillos vacíos no le quedó otra que dormir en la calle y así llegó al lugar.
La coordinadora del comedor padre Tarsicio Rubín es Lourdes Ruiz, quien abrió la puerta e invitó a pasar a los que esperaban. Les dio una cálida bienvenida y los habituales la saludaron por su nombre.
Allí les anunció el menú: "Hoy tenemos una sopa calentita de primer plato y después fideos con tuco para chuparse los dedos".
Luego hizo una bendición, agradeció y pidió: "que esto de estar en la calle sea más leve, que no les roben ni les peguen".
Algunos de los que ingresaron llevaban pertenencias: algo de abrigo, cartones y bolsas.
Entre ellos estaba Abel (50), sin nada más que prolijos zapatos negros, pantalón gris de vestir y campera negra. Hace poco quedó en esta situación: llegó a Mendoza con la promesa de un trabajo pero su contacto nunca apareció. Sin nada, llegó al refugio.
Tiene “anotado en su memoria” el cronograma para ir a comer cada día. Sabe armar computadoras, así que gente de una organización lo ayudó a escribir un currículum que ya está repartiendo.
Al fondo del salón, Miguel (26) y Paola (31), son pareja y están hace tiempo en la calle.
Ella dijo que ahora que no pueden cuidar ni lavar autos no saben de qué vivir. Para trabajar les piden domicilio y no tienen. Y para colmo les roban: “Me quitaron todo, así que anoche dormimos contra una pared con lo puesto. Lo único que queremos es una frazada”, dijo él.
Cinco muertes que despertaron la solidaridad
Los cinco fallecidos, muertos de frío, en lo poco que va de la temporada invernal en el país es una bofetada social que duele. Por eso, la reacción fue inmediata y entre otras entidades, varios clubes deportivos abrieron sus puertas para brindar asistencia. En Mendoza se hizo eco el club Huracán Las Heras, que ofrece su sede (Balbín y 25 de Mayo de ese departamento) para asistir a personas en situación de calle.
Su campaña #FríoCero se suma a lo que ya han hecho clubes de Primera División como River Plate, Estudiantes, Atlético Tucumán, San Martín de Tucumán, San Lorenzo, Huracán de Parque Patricios y Vélez.
Por otra parte, en el comedor de la Casa del Inmigrante (Joaquín V. González 450 de Dorrego, Guaymallén) se reciben donaciones de alimentos que pueden acercarse o retiran a domicilio.
Para pedir ayuda
Para solicitar ayuda al ministerio de Salud y Desarrollo Social, llamar al 4240441 de lunes a viernes de 7 a 16. Los fines de semana puede llamarse al 911.
