La pandemia de coronavirus golpeó fuertemente a la actividad deportiva y el fútbol profesional, el cual carece en estos tiempos de los ingresos económicos provenientes de los derechos de televisación y sponsors, entre otros. Por el momento, los clubes mendocinos se sostienen de la cuota social y lo que recibieron de la AFA, pero no alcanza para sostener a sus respectivos planteles hasta que se inicie el fútbol; que por lo insinuado sería en septiembre.
Los jugadores de los distintos planteles, en su mayoría, resisten. Muchos de ellos han regresado para hacer la cuarentena en sus provincias, como aquellos que llegaron como incorporaciones para jugar la temporada. Otros directamente eligieron rescindir sus contratos y partir. Y los restantes, con sueldos al día, espera a que se reanude la actividad.
El que se lleva la peor parte es Independiente Rivadavia. La Lepra no está pasando por un buen momento institucional, es el más perjudicado de todos porque a las consecuencias de esta pandemia se le suman las deudas que tiene el club con sus futbolistas.
Otro es el Deportivo Maipú, en menor medida y afectando el aspecto competitivo. La institución 'cruzada' optó por rescindirle el contrato a la casi totalidad de su plantel -que tenía fecha el 30 de junio- y fueron liberados con un pago que incluyó agosto.
En cuanto a Gimnasia y Esgrima, el panorama es distinto. Los jugadores de la Primera Nacional están al día y a la espera de la reanudación del campeonato.
Mientras que en Huracán Las Heras aguardan más detalles de la decisión que tomará la AFA con respecto a la definición del torneo, para definir el futuro de sus jugadores.
Bajo este panorama los futbolistas son los que más padecen la cuarentena y la inhabilitación de la actividad deportiva.
Partiendo desde el caso más grave, el de la Lepra, Los Andes dialogó con Yair Marín, quien si bien al comienzo de este aislamiento preventivo y obligatorio se encontraba recuperándose de una lesión dijo que está óptimo para empezar a entrenar pero se hace difícil, no sólo por la inactividad, sino porque que la deuda que el club mantiene produjo tensión y sensación de estar a la deriva.
Marín contó que de lo recibido de AFA, el club pudo pagar una parte, ya que “son los contratos privados (el 75% de los ingresos) los que adeuda la institución desde enero, más el aguinaldo de diciembre”.
“La mayoría decidieron esperar en su provincia junto a su familia a que se reanude el fútbol porque esperar en Mendoza les es insostenible”, dijo el jugador afincado en nuestra provincia desde hace siete años.
“El club está intervenido por un organismo fiduciario pero “está en picada en cuanto a lo económico. Esto sumado a que no definen cómo se disputará el torneo de la categoría, la situación se hace agobiante”, dijo el ex Gimnasia.
"La pandemia nos complicó un montón. En mi caso, no tengo trabajo además del fútbol. Pero por ejemplo, Luciano Sánchez salió a vender alimento para perros", sostuvo.
Y agregó: "Hay chicos que están peor, porque dentro de todo yo tengo una casa. Otros deben alquilar y, por eso, muchos decidieron ir a hacer la cuarentena con sus familias", dijo nombrando los casos de Marchioni, Mayorga, Colombo, Sergio González y Ayala.
En el Lobo, la situación es distinta. La contracara. El plantel blanquinegro es el más estable. No así el Deportivo Maipú, cuya dirigencia dejó ir a casi todo su equipo con contrato hasta el 30 de junio, mediante acuerdos. Sólo permanece vinculado Javier Farías, el único que tiene contrato hasta el 2021.
"Esta cuarentena se está haciendo difícil. En mi caso no tengo otro trabajo que el fútbol y he pensado varias veces en hacer otra cosa, no tengo problemas. No tengo hijos y vivo con mis padres, y por ahora aguanto", confió.
Sin embargo "estuve cosechando uva para tener otra entrada de dinero y la verdad que me ayudaría poder encontrar otro trabajo mientras siga la cuarentena y hasta que volvamos a los entrenamientos", aseguró el capitán cruzado.
Finalmente en el Globo, no todos tienen otra salida laboral y varios necesitan encontrar otra alternativa. El defensor Claudio Ulloa repartió en varias oportunidades un curriculum vitae para poder ayudar a su familia, ya que con el sueldo como jugador no le alcanza.
“Algunos tienen otros ingresos pero la mayoría -que no tienen contratos- no la están pasando bien. De todas maneras el club se ha portado, nos tiene al día y no nos podemos quejar”, dijo “Baba”, quien aclaró que en el plantel son sólo ocho los jugadores con contratos y el resto con distintos acuerdos.
"No tengo otro trabajo, me dedico al fútbol, pero estuve repartiendo currículum vitae para conseguir otro laburo. He hablado con amigos para que me hagan contactos, poder conseguir algo y mantenerme. Todavía estamos en eso y me han quedado en avisar. Sigo esperando y no pierdo esperanzas", afirmó.
La pandemia -sin dudas- aprieta fuerte cada día que pasa. Mientras, los jugadores intentan sobrellevarla como mejor pueden, con paciencia y con esperanza de que este letargo termine.
¿Será en septiembre, en octubre, en noviembre?… Desde AFA todavía no lo definen.
Lo cierto es que en cada rincón del país, donde rueda una pelota, piden a gritos ¡que vuelva el fútbol! Porque para los jugadores del medio, más tiempo de espera sería caótico.