Semana política caliente de punta a punta en Mendoza. Desde la renovación parlamentaria hasta el enfático llamado de Cornejo a consensuar un “gran pacto” en materia energética que conduzca a una política de Estado. En el medio, el inesperado desborde de sectores ambientalistas contra el fracking.
En la Legislatura el protagonismo es compartido. Cornejo y su “tropa” legislativa plantean los temas polémicos y la oposición y algunos aliados del Gobierno, con sus disensos y discusiones, llevan las cosas a un escenario pasional que muchas veces impide basarse en la ecuanimidad que debe regir en las decisiones, más allá del lógico fervor que surge de las bancas.
El quiebre de los bloques justicialistas no sólo se confirmó, sino que ratificó que las diferencias que plantean los sectores díscolos del kirchnerismo hacen por ahora imposible pensar en algún intento de reconciliación o acercamiento de parte de la conducción partidaria.
De parte de Omar Félix, el presidente del PJ provincial, no hubo nunca intención de salir a contestar los duros conceptos contra él vertidos por el camporismo, en especial por Lucas Ilardo.
El sanrafaelino se sintió agraviado, pero parece que por ahora ni él ni nadie en el PJ “de los intendentes” va a salir a sugerir recomponer vínculos con kirchneristas y ciurquistas.
Y así como a viva voz Ilardo, como vocero del grupo díscolo, cuestionó con duros términos a Félix por su pasado y presente partidario, desde la conducción del peronismo afirman que “serán ellos” (los camporistas) los que tendrán que explicar las razones por las que sería posible el debate por la ampliación de la Suprema Corte.
Si bien gestos, actitudes y algunas declaraciones periodísticas recientes parecen demostrar que el apoyo irrestricto para debatir el proyecto con el que esperó contar Cornejo de los kirchneristas ahora no sería tal, el solo hecho de habilitar el debate parlamentario es un favor legislativo muy valioso para el Ejecutivo que, después, tendrá que ver con qué otros apoyos cuenta para intentar sancionar la ley y llevar a nueve el número de ministros del Máximo Tribunal.
Desde la presidencia de la Cámara baja toman un tiempo de espera. En primer lugar, tras la jura de los nuevos miembros, ahora llegan semanas de reacomodamiento de las comisiones legislativas. Por otro lado, hay expectativa en el oficialismo por ver cómo quedará distribuido el PJ en crisis.
Por ahora dicen en el oficialismo que “falta claridad” y que los interlocutores actuales no son del todo válidos en virtud del desorden existente.
En el cornejismo insisten con esperar ese reacomodamiento peronista para saber cómo y con quién tratar en adelante no sólo el tema de la Suprema Corte sino todo proyecto de interés que el Ejecutivo plantee.
Trascendió que ya hubo contactos desde el oficialismo con los nuevos legisladores, no sólo los peronistas, que se incorporan formalmente a partir del martes. ¿El motivo? Tal vez ver predisposiciones para acuerdos políticos en adelante luego de la turbulencia planteada recientemente.
De todos modos, en el Gobierno suponen que los debutantes intransigentes liderados por José Luis Ramón y Mario Vadillo no querrán parecerse mucho al FIT, que se caracteriza por oponerse a la gran mayoría de las iniciativas que se plantean en el ámbito legislativo. Incluyen entre los dialoguistas al gremialista Guillermo Pereyra que, según los referentes de Cambia Mendoza en Diputados, “ha expresado su voluntad de continuar integrando el frente”.
Hay que recordar que Pereyra llegó en 2015 desde el Frente Renovador de Massa que, por obra y gracia de Cornejo, se sumó al espacio oficialista en esta provincia, más allá de que a nivel nacional ese sector siempre fue opositor al macrismo. Al demócrata Niven poco y nada lo cuentan como aliado, pero se suman 3 diputados del Pro, además de un senador.
En el debate puntual sobre el futuro de la Suprema Corte no hay que dejar de considerar la crítica opinión del ex gobernador Arturo Lafalla y que una vez más Laura Montero se expresó en contra de la iniciativa.
Dos voces con las que probablemente en el oficialismo no quieran confrontar mucho. Lafalla está considerado como uno de los ex gobernadores más respetados por la dirigencia política en general.
En cuanto a la Vicegobernadora, tal vez no haya sorprendido tanto como Lafalla porque ya venia expresando su disidencia y se sabe que la relación con el jefe del Ejecutivo, en lo institucional, no es la mejor.
En cuanto al llamado de Cornejo a una convocatoria para avanzar hacia una política de Estado a partir de un pacto energético, en el justicialismo, que pese a los roces internos sigue siendo la principal expresión opositora local, esperan más precisiones pero sostienen que el Gobernador debe definir “con más claridad” los alcances de la política energética que pretende cubrir con su propuesta. Recuerdan que hay aspectos que se rigen por la legislación provincial y otros que son de incumbencia del Poder Ejecutivo nacional.
Seguramente el discurso que el Gobernador dará el martes, al inaugurar un nuevo ciclo legislativo anual, contendrá definiciones sobre los alcances del acuerdo que pretende gestar, que tranquilamente puede enmarcarse en la proyección nacional que Cornejo busca para el período político que seguirá tras la finalización de su mandato en la provincia y que para algunos hasta tiene límites incalculables (ver nota de Gastón Bustelo en esta misma página).
El mensaje también dará precisiones sobre el sistema para la construcción de viviendas que el Gobierno provincial pretende implementar en forma conjunta con los municipios. Es una interesante iniciativa que compromete a los jefes departamentales pero que también les puede dar una buena ayuda de cara al año electoral que se aproxima.
La tracción política de los jefes departamentales es siempre necesaria. Y la conveniencia se hace extensiva a los cinco justicialistas, que saben bien que una buena gestión los pone a resguardo a la hora de intentar la reelección o dejar a un sucesor de su propio riñón. Los “caciques” saben que el panorama sigue siendo, por lo menos hasta ahora, adverso para el PJ a nivel provincial.
Semana tensa con condimentos que desacomodaron al Gobernador. Tal vez el barajar y dar de nuevo que supone una renovación legislativa, le permita buscar los consensos que requiere para que sus iniciativas más estratégicas no naufraguen.