Viven por y para las emergencias, prácticamente; y difícilmente conciban una semana sin haber sido partícipes de alguna. De hecho, probablemente no recuerden una rutina sin ellos. Al igual que el personal médico; los conductores de las ambulancias del Servicio de Emergencia Coordinado de Mendoza (SEC) -y que además son casi todos enfermeros también- ya han hecho parte de su vida a estos episodios. Sin embargo, esto no quita que en un contexto de pandemia de coronavirus y de aislamiento social; las medidas de operatividad y seguridad se hayan intensificado.
"En la base central del Coordinado -que queda en el Hospital Central- han quedado las dos ambulancias exclusivas para trasladar a pacientes y atender casos específicos de Covid-19. Son ambulancias que están equipadas para estos casos. Y hay una tercera que está lista para cuando haga falta. Para esas ambulancias se ha dispuesto a personal especial, mientras que al resto se nos ha asignado para el resto de intervenciones de rutina", indica Juan Berardini (62), enfermero y chofer de ambulancia desde hace casi un cuarto de siglo. Y si bien su dedicación plena no está asignada para el coronavirus, una vez al mes lo asignan a la ambulancia de otra base que está en Guaymallén; y donde suele trasladarse a pacientes con sintomatología sospechosa (aunque sin que se haya confirmado que se trate de Covid-19 ni que esté en un cuadro delicado).
"Todos los meses nos toca una guardia de 24 horas en esa base, y allí en el último mes hemos trasladado a aquellas personas con síntomas sospechosos, pero que están bien. Se trata de un traslado muy parecido a lo que sería un taxi: los llevamos de clínicas u hospitales a otros establecimientos, o a veces desde su casa. Se les entrega barbijo y equipamiento, pero son pacientes que están en condiciones de bajarse caminando", destacó el experimentado profesional.
Protocolos y cuidados
El día a día de estos trabajadores transcurre entre protocolos y medidas de seguridad; por más mínima que sea su intervención en un determinado episodio. No obstante, la declaración de la pandemia y las medidas adoptadas en base a esta realidad llevó a que todo se potenciara a la enésima potencia, tanto los protocolos como los cuidados.
"Para que intervenga el Servicio Coordinado, la persona tiene que llamar al 911. Si bien ahí atiende la Policía, cuando se da aviso que es por una ambulancia se deriva directamente a un médico del CEO. Y allí, luego de algunas preguntas de rigor, se define a qué unidad enviar. Más allá de las unidades destinadas a casos de Covid-19, en la unidad que está en la base de Guaymallén también se ha trasladado -y me ha tocado a mí- llevar a pacientes sospechosos", relata Berardini; quien el martes estuvo abocado precisamente a las tareas en ese centro.
"Cuando nos tocan esos traslados, hay material especial para nosotros y para los pacientes. Lo importante es que prácticamente no hay contacto entre nosotros. Hace unas semanas me tocó trasladar a un matrimonio desde el hospital Español hasta el Lencinas. En este último hospital, cuando llegaron, se los trasladó y se siguió todo el protocolo. Luego se confirmó que las pruebas dieron negativas, pero es algo que intentamos averiguar apenas se tienen los resultados. Porque es algo que nos preocupa e involucra a nosotros también", reconstruye el experimentado enfermero y chofer.
El mismo día en que trasladó a esta pareja de un hospital a otro, a Berardini le tocó también trasladar a una mujer desde su domicilio hasta el hospital Santa Isabel de Hungría (era el efector asignado de acuerdo a la mutual de la mujer). "Era una chica que había estado en Buenos Aires por trabajo, y llegó uno de los últimos días en que se permitió que operaran algunos vuelos. La mujer tenía un poco de fiebre y tos, por lo que la trasladamos de su casa al hospital. Uno tiene que estar siempre en alerta. A veces los pacientes te invitan a pasar a su casa cuando llegás por una situación determinada, pero en este contexto nosotros tenemos que negarnos y mantener la mayor distancia posible", resumió.
Alejado
Berardini -al igual que casi la totalidad de enfermeros choferes- tiene un sistema de turnos que lo llevan a trabajar en guardias de 24 horas para luego descansar por 72 horas. Y una jornada laboral puede tener una y mil situaciones diferentes.
"No nos ha pasado de llegar a un barrio o lugar y que la gente se asuste a tal punto de vivir algo grave. Pero hay un miedo generalizado. Estamos todos a la defensiva, y está bien que así sea. Vos tenés que tener cuidado de mí, y yo de vos en estos momentos", reflexiona en voz alta.
El conductor destacó además la forma en que se está trabajando en Mendoza. "Por ahora estamos preparados, y hay hasta un plan por si se llega a dar el pico que se espera. Hay ambulancias específicas equipadas para casos de Covid-19 y se están tomando las medidas correctas. Gracias a Dios, acá en Mendoza todavía llevamos una línea baja", concluye.