El dólar terminó la última semana del año en $38,84 para la venta en el mercado minorista y cerró así un año en el que acumuló un salto superior al 105%, el mayor desde el fin de la convertibilidad, por una crisis cambiaria que sacudió todas las variables económicas y puso en jaque al gobierno de Mauricio Macri.
La divisa norteamericana retrocedió 56 centavos el viernes y volvió a posicionarse por debajo de los $39 luego de ocho sesiones. Cerró a $36,90 para la compra y a $38,84 para la venta en el mercado minorista.
En los mostradores mayoristas, donde operan bancos y grandes empresas, la moneda culminó a $37,7 luego de retroceder 60 centavos respecto a la jornada previa.
"Durante diciembre el dólar mayorista bajó dos centavos respecto del cierre de noviembre pasado y en el año acumuló una suba de $18,951 con relación al final de diciembre 2017", analizó el operador de cambio Gustavo Quintana.
Los retrocesos del viernes lejos estuvieron de revertir el dramático balance anual del dólar y la devaluación del peso que superó el 51 por ciento.
La antesala de la crisis cambiaria que se disparó en mayo fue la sequía impidió que ingresaran los dólares de los sectores agroexportadores para satisfacer la demanda interna. Y las dudas sobre la fortaleza de la economía argentina incentivaron el éxodo hacia el dólar, que se intensificó con los coletazos que llegaron desde el frente externo, por la suba de tasas en medio de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.
La disparada de la divisa norteamericana aceleró la carrera inflacionaria y provocó un efecto dominó que llevó a suspender las PPP para obra pública.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) e encamina a cerrar el año con un salto superior al 45%. La dimensión del problema acorraló al presidente Mauricio Macri, quien optó por profundizar el ajuste y recurrió a un megacrédito por U$S 57.100 millones del FMI para tratar de despejar las dudas, por lo menos, hasta fines de 2019.
Además, la crisis se cobró dos presidencias del Banco Central: la de Federico Sturzenegger, quien renunció el 14 de junio, al mes de que se dispare la corrida, y la de Luis Caputo, quien dejó la conducción de la autoridad monetaria en setiembre, antes de que se firmara el nuevo acuerdo con el FMI.