La crecida del río El Sauce se cobró la vida de un motociclista en Tupungato

Carlos Aldañez fue arrastrado por el agua más de 10 kilómetros y tardaron alrededor de tres horas en encontrar el cadáver.

La crecida del río El Sauce se cobró la vida de un motociclista en Tupungato
La crecida del río El Sauce se cobró la vida de un motociclista en Tupungato

El cuerpo sin vida de Carlos César Aldañez Quiroga, un hombre oriundo de Junín, fue hallado ayer cerca del arroyo El Molino en el distrito El Peral, en Tupungato. El hombre murió por intentar cruzar en moto un badén, luego de una fuerte tormenta que había provocado la crecida del río El Sauce.

Defensa Civil de ese departamento, Policía de Mendoza y bomberos estuvieron a cargo de realizar la búsqueda de la persona desaparecida. Aldañez fue arrastrado por el agua más de 10 kilómetros y tardaron alrededor de tres horas en encontrar el cadáver.

"En la madrugada (de ayer) una persona intentó cruzar el arroyo que hay en El Peral; tres personas que lo habían estado observando le dijeron que no cruzara, porque evidentemente era peligroso. Pero el hombre cruzó en un ciclomotor y las mismas personas observaron que el río se lo llevó", informó la titular de la comisaría 20, subcomisaria Miriam Anzaldo, quien también se encargó luego de comunicar el deceso. 

Sucedió que, como es usual en la temporada de verano, el lunes hubo una fuerte tormenta en el Valle de Uco. Aunque hubo lluvias en otras zonas de la provincia, allí fueron más intensas, pues duraron hasta la madrugada del martes y provocaron crecidas importantes en los caudales de agua. Así, cerca de la 1, un llamado al 911 alertó sobre el incidente. Por la descripción del personal policial, quienes estaban viendo a Aldañez le advirtieron que no cruzara pero el hombre no hizo caso y la historia terminó en esta tragedia. Al parecer había ido hasta Tupungato a visitar a un ser querido. 

Qué sucede cuando crece un río 

Esta muerte sirve para recordar los pedidos de precaución que las autoridades han emitido más de una vez, debido a la particular violencia que puede adquirir una crecida.

Tanto la Dirección de Hidráulica como el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), coincidieron en que, por la geografía de la provincia, cuando las lluvias son tan intensas, la cantidad y la fuerza del agua inevitablemente generan crecidas repentinas que pueden ser muy peligrosas.

"Son fenómenos capaces de descargar mucha cantidad de milímetros de agua en poco tiempo. Mendoza tiene muchos desniveles, así que hay gran cantidad de cuencas. Si bien las precipitaciones se generan en zonas amplias, desembocan en cauces y por eso se producen estas crecidas", explicaron desde el SMN. 

En tanto David Cangialosi, titular de Hidráulica, detalló que por ser la nuestra una zona montañosa, la energía o fuerza del agua depende de la pendiente. "Mientras más montañosa es, más energía lleva el agua. A veces tiene la capacidad de voltear a una persona, más si va en moto. Hay lugares en los que es tan fuerte la energía, geodinámicamente hablando, que el agua mueve piedras gigantes".

Asimismo, quien está a cargo de la dirección que se ocupa del riesgo aluvional, sostuvo que siempre ante un riesgo natural -que puede ser un sismo, un tornado, una inundación, un aluvión- hay dos elementos a tener en cuenta: la naturaleza, con la probabilidad de que ocurra una lluvia fuerte, por ejemplo, y el modo en que reacciona la sociedad ante los fenómenos climáticos que son inevitables.

"Si la persona se hubiese quedado al costado, nada hubiera pasado. Las crecidas discurren entre una y dos horas. Seguimos haciendo hincapié en la conciencia. Hay que hacerle mucho caso a las recomendaciones que realiza Defensa Civil", cerró Cangialosi.

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