Se sacó la remera. Lució su “tabla de lavar” al viento, mientras sus cuantiosos tatuajes sellaban la impronta de “chico recio” de la Selección Argentina. Y entonces el mundo femenino pareció crisparse y despertar del letargo mundial, de la admiración virtuosa hacia Messi, o de la metrosexualidad estudiada de un Higuaín. Y casi, casi, ‘el Pocho’ (pero no La Pantera) sino Ezequiel Lavezzi pasó a ser para muchas, de un ilustre desconocido a la idealización del “macho argento” por excelencia.
La lluvia de ponderación de cualidades estéticas y sensuales del jugador no se dejó esperar desde la platea femenina. Incluso se desempolvó hasta un spot publicitario con la inflada ‘Calu’ Rivero (actriz, según dicen) en la que ‘el Pocho’ luce su mejor sex appeal (o al menos lo intenta, ya que por ese entonces pasó desapercibido); hasta que el impacto mundialista lo catapultó como uno de los más sexies.
Sin embargo, en la mitad de la “Pochomanía”, surgieron diversas lecturas sobre el tema otorgadas por mujeres y hombres. Mientras muchas ponderaban más que nunca el despertar de un nuevo idilio en la figura del número 22 de la Selección, otras mujeres tildaron tanto frenesí femenino como hipócrita y “cosificador” de lo masculino; asunto con el que, desde la perspectiva de género, se lidia a diario. A su vez ellos, ni lerdos ni perezosos, salieron al ruedo con las antorchas de indignación masiva por la supuesta “desubicación” de las mujeres respecto al tema; ¿acaso los hombres en general no lo suelen hacer sobre la mujer todo el tiempo, y desde que el mundo es mundo?
Entonces, en la mitad del campo, lejos de lecturas parciales, quedan preguntas; ya que las posturas son tan particulares como cada ser humano. Sin embargo, vale la pena la reflexión profesional más allá de las posiciones tomadas, encontradas, compartidas o peleadas ¿Acaso las mujeres están reproduciendo lo mismo que detestan del discurso machista sobre la belleza y estética femenina? Por otro lado: ¿por qué hace tanto ruido en muchos hombres algo que ellos practican de forma sistemática y sin ningún prurito? ¿Dónde estará el equilibrio justo para cada lado de la controversia?
La licenciada en Trabajo Social Micaela Rocha (integrante del equipo que aborda mujeres en riesgo social, desde una perspectiva interdisciplinaria y de género, en Hospital Obstétrico de OSEP) responde sobre el tema. Una oportunidad para que el análisis deje lugar a la reflexión en cada caso, sin pretensiones de juicios de valor.
Lavezzi, el gran disparador
Desde la página web de la conocida periodista porteña María Julia Oliván, la redactora Leila Sucari hace su lectura frente a la “Pochomanía”. Desde allí datos curiosos, hashtags ingeniosos y argumentaciones diversas dejan en claro el furor causado por el jugador.
“Le doy contra el ropero hasta aparecer en Narnia”. “Está más bueno que los feriados puente...”. Estas, y otras tantas frases, señalan en el artículo la posición de muchas mujeres. Incluso, luego del descubrimiento de Lavezzi en el Mundial, hasta se llegó a crear la página de Facebook: “Movimiento para que el Pocho Lavezzi juegue sin camiseta”. Llegó a juntar casi 300 mil seguidoras en sólo dos días; luego de que las chicas de todo el mundo descubrieran las dotes físicas del futbolista.
¿Cuál es la génesis del fenómeno más allá de cada postura? Micaela Rocha explicó: "La cosificación hace referencia a la consideración de las personas como cosas, es decir, su visualización y tratamiento en términos de objetos de consumo o sexuales, en detrimento de su reconocimiento en tanto iguales. Cuestión que puede observarse a diario en los piropos que las mujeres reciben a antojo de cualquier varón en la vía pública, o cada vez que en los medios de comunicación se hipersexualizan los cuerpos de las mujeres (mayoritariamente), más allá de la valorización de la belleza o la estética personal. Pero ahora nos convoca hablar de cuando esto les sucede a los varones".
- ¿Considerás que lo que sucedió de manera tan masiva y frenética con Lavezzi es "cosificarlo", o el fenómeno puede ser entendido por muchas mujeres como una supuesta "igualdad entre géneros"?
- No considero que la explosión del fanatismo por Lavezzi pueda ser entendido como una reivindicación de las mujeres de la igualdad entre géneros, sino más bien lo veo como una manera de entretenimiento durante el furor mundialista, donde casi de lo único que se habla y se ve es fútbol. Asimismo, considero que se trata de una libertad más explícita por parte de las mujeres en cuanto a la expresión de gustos, intereses y deseos, lo cual histórica y culturalmente se encuentra generalizado, naturalizado y legitimado en los varones.
- ¿Por qué pensás que se dio sobre la figura de este jugador y no de otro hombre?
- Hay figuras tales como Karina Jelinek para los varones o Lavezzi para las mujeres, que no necesariamente representan lo más ejemplar en cuanto a las actividades que realizan, sin embargo, se vuelven fenómenos con alto impacto y popularidad en los medios y las redes sociales. En el caso de ‘Pocho’ Lavezzi, quizás más conquista su simpatía y la supuesta espontaneidad con la que se muestra, que su aspecto de macho argentino.
- ¿Creés que el fútbol potenció este efecto sobre él?
- Claro que el fútbol y otros deportes como el rugby, tenis o hasta la natación potencian a Lavezzi y a otros deportistas; sobre todo en épocas del Mundial. Los campeonatos o torneos convocantes a nivel nacional o internacional son vistos a diario por millones de personas e, indefectiblemente, generan e impactan en quien los ve de diferente manera.
- ¿Por qué considerás que desde el lado masculino molestó tanto esta reacción de las mujeres, cuando para ellos es natural hacerlo lo mismo?
- La retroalimentación entre la forma mediática del ‘fenómeno Lavezzi’ y la creciente explicitación de los gustos de las mujeres sobre los cuerpos de él, y otros futbolistas, interpela a los varones (ahora sí) en cuanto a su postura de “supuestos machos argentinos”. Ellos se consideran habilitados para opinar tanto de fútbol como de la imagen de cada mujer (sea modelo, actriz, botinera o espectadora) con o sin el consentimiento de ellas, en detrimento de su valorización más allá de la mera belleza y la estética, con iguales derechos a opinar sobre los cuerpos de los varones y, por qué no, de fútbol.
- ¿El boom mediático por parte de las mujeres puede ser leído como hipocresía, por lo que supuestamente se pide a diario respecto a la cosificación femenina?
- Considero que tiene que ver con las posibilidades que cotidianamente nos vamos dando las mujeres de mostrar con libertad nuestros deseos más profundos.
- ¿Qué lectura podríamos hacer, hombres y mujeres, sobre este tema; para tener un equilibrio y no reproducir ni naturalizar desde ambos lados, aquello que nos hiere y molesta?
- Pienso que en ambos casos podríamos invitarnos a tener una mayor comunicación entre nosotros, respecto de expresiones de deseos; no sólo en torno a las figuras mediatizadas sino fundamentalmente en base a nuestros propios intereses, como personas integrales. Si bien se reflejan en los cuerpos y sus relaciones, van mucho más allá de la necesidad temporal de mostrar quién, o cuál, persona nos provoca atracción; sino más bien por qué motivos o qué nos despiertan los otros, para seguir buscando tanto la igualdad entre géneros como el equilibrio personal.
Brindo por los matices en los cuales, por ejemplo, se puedan mostrar rostros y cuerpos que, además de su belleza y su destreza, den cuenta de la posibilidad de expresarse desde el interior. Hablo de James Rodríguez de Colombia, cuando se mostró abiertamente conmovido frente a la eliminación de su selección, diciendo: “los hombres también lloran”. Vamos a seguir jugándonos. Porque todos ganamos en cada oportunidad de mostrar lo que somos en la cancha de la vida cotidiana.