La Corte local ordenó volver a juzgar a un ex policía abusador

Cumple una condena por otra violación pero fue absuelto en un fallo dictado sin perspectiva de género en 2014.

La Corte local ordenó volver a juzgar a un ex policía abusador
La Corte local ordenó volver a juzgar a un ex policía abusador

Un ex integrante de la Policía de Mendoza será juzgado por tercera vez por abuso sexual agravado. Actualmente está preso, cumpliendo una condena de 9 años, y recientemente la Corte provincial ordenó que se realice un nuevo debate por una presunta violación que habría cometido vistiendo su uniforme y amenazando a la víctima con el arma reglamentaria. Los jueces que lo absolvieron juzgaron el caso "sin perspectiva de género".

Se trata de Pablo Podestá (37), quien cumple una condena de 9 años desde 2016, luego de declararse culpable en un juicio abreviado del delito de abuso sexual agravado.

Por esa época, el hombre aún era policía y, en esa condición, abordó a una mujer en Ciudad y, junto a un amigo, abusó de ella.

A esta condena podría sumarle una mayor, de más de 15 años, si es encontrado culpable en un juicio que se realizará en los próximos meses luego de que la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia ordenara que sea juzgado por un caso por el cual ya había sido absuelto por la Segunda Cámara del Crimen.

Engaño, amenaza y abuso

El hecho en cuestión ocurrió el 25 de febrero de 2010. Una chica, que en ese momento tenía 21 años, iba caminando con su hermano de 15 por Belgrano y Honorio Barraquero de Godoy Cruz cuando los paró un policía que salía del Casino y les pidió los documentos.

La chica no tenía el DNI y el uniformado le dijo que la llevaría hasta una comisaría de Guaymallén, por lo que le ordenó que la siguiera hasta el móvil, que estaba en la calle Brasil.

Cuando llegaron al lugar, la joven descubrió que no había ningún auto y el uniformado entonces extrajo un arma de fuego, le advirtió que no gritara y la obligó a seguir caminando hasta una casa abandonada ubicada en Guaymallén. 

Una vez adentro, la llevó a una habitación y -siempre apuntándola con el arma de fuego- le ató las manos con los cordones de sus propios zapatos. Finalmente, la habría sometido sexualmente. 

Cuando el abusador se fue, la víctima logró quitarse las ataduras y, saliendo por los techos, logró ingresar a una casa vecina en donde pidió ayuda.

Fallo sin perspectiva de género

Durante el juicio realizado en 2014, el Tribunal dudó de la intervención de Podestá: los jueces tomaron como cierta la versión del imputado, quien dijo haber estado en la comisaría Séptima y no en el Casino, como consigna un informe policial que no fue tenido en cuenta. "Dicho de otro modo, el tribunal ha encontrado mérito en una hipótesis alternativa irracional", sostuvieron los supremos Omar Palermo, Mario Adaro y Jorge Nanclares.

Además los jueces de la Segunda Cámara consideraron que el relato de la víctima no era creíble, "obrando de forma arbitraria". 

Para la Corte, el representante del Ministerio Público Fiscal, que no acusó en el juicio, "valoró de forma arbitraria la pena".

"Nos encontramos frente a un hecho que ha sido controvertido como un supuesto caso de abuso sexual cometido contra una mujer, lo que demanda considerar los elementos de prueba incorporados desde una perspectiva de género", dice el fallo de la Corte.

Agregando que "no puede perderse de vista que el testimonio de quien se señala a sí misma como víctima adquiere una particular relevancia en los casos de agresión sexual, toda vez que estos se producen, en un gran número, en escenarios predispuestos especialmente por el autor para no ser observado, lo que determina su dificultad probatoria".

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