Cuando ya estaba todo listo para que se realizara el juicio por el último de los tres femicidios ocurridos en la primavera de 2016 -la brutal muerte de Julieta González (21)- la Corte provincial deberá resolver primero cuáles son las pruebas que llegan a debate. Estaba pautado que el juicio contra Andrés Di Cesare (23) comenzara hoy pero el defensor del imputado, el abogado Fernando Luquez, decidió llevar el caso a la Corte.
Esto ocurrió luego de que durante la reciente audiencia preliminar al debate -una instancia donde se presentan las pruebas ofrecidas por las partes- el defensor se mostrara en desacuerdo con las pruebas producidas y ofrecidas por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos. Tales documentos fueron aceptados por el juez y entonces Luquez decidió casar la decisión del magistrado y llevar el asunto para que lo resuelva la Corte.
El planteo del defensor es que tales pruebas no deberían haber sido admitidas porque, según su opinión, la pertinencia de las mismas no fue fundamentada por la representante del Ministerio Público Fiscal.
Importancia de las pruebas
Las pruebas en la investigación del asesinato de la joven Julieta González desde su inicio han sido motivo de discusión entre el Ministerio Público Fiscal y la defensa del acusado.
El asunto ha sido una de las causas para que el caso se dilate en el tiempo, si se lo compara con los otros dos recordados femicidios ocurridos en la fatídica primavera de 2016 que ya obtuvieron condenas.
Por el femicidio de Janet Zapata, en septiembre del año pasado fue condenado a perpetua su pareja, Damián Minati, y Juan Manzano a 10 años como partícipe secundario.
En tanto que en abril pasado, Roque Arroyo (54) fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su hija, Ayelén Arroyo (19), asesinada en Luján el 28 de septiembre de 2016. Volviendo a la importancia de las pruebas, en octubre del año pasado la jueza Carolina Rivera declaró nula una de las dos declaraciones que hizo el joven Di Césare.
Se trata de una confesión espontánea que el sospechoso le habría hecho a policías al momento de ser detenido y que para la jueza se hizo bajo coacciones.
La declaración que sigue vigente es la de enero de este año, cuando Di Césare dijo que el 21 de septiembre de 2016 estuvo con Julieta, con quien mantenía una relación y que protagonizaron una discusión que terminó violentamente: ella le produjo algunos rasguños y él le propinó algunos golpes, uno en la nariz que le produjo sangrado.
Después de esa pelea que se desarrolló dentro del auto de Di Césare, el joven la dejó a pocas cuadras de su casa. Desde ese momento no la volvió a ver. En cambio, la versión acusatoria sostiene que Di Césare habría asesinado a Julieta y luego habría abandonado el cuerpo, que fue encontrado recién el 27 de septiembre, atado de pies y manos en una ripiera cercana al penal Almafuerte en Cacheuta, Luján.
Fatídica primavera
En septiembre de 2016 ocurrieron tres femicidios en pocos días en Mendoza. Por dos de esos casos los asesinos ya fueron condenados.
-Caso Janet Zapata: el cuerpo de la mujer de 29 años fue hallado en un descampado en Las Heras el 26 de septiembre. Dos años después -en septiembre de 2018- fue condenado a perpetua su pareja, Damián Minati, y Juan Manzano a 10 años como partícipe secundario.
-Caso Ayelén Arroyo: en abril del año pasado, Roque Arroyo (54) fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su hija, Ayelén Arroyo (19). La joven fue asesinada en Luján el 28 de septiembre.
