La Corte Suprema dejó firme la condena a nueve años de cárcel para la falsa médica Giselle Rímolo y la dejó a un paso de volver a prisión.
El máximo tribunal desestimó un último recurso de "queja" plantado por la defensa de Rímolo y dejó firme la sentencia dictada por el tribunal oral número siete y confirmada por la Cámara de Casación.
Rímolo viene presentando documentación ante la Justicia sobre su estado de salud psiquiátrica, por lo que podría acceder a una
modalidad de detención diferente al alojamiento en una cárcel común.
La "falsa médica" fue condenada a la pena de nueve años de prisión por ejercicio ilegal de la medicina, setenta estafas y tráfico de medicamentos peligrosos para la salud y por el homicidio culposo de Lilian Stella Díaz, en tanto que su hermano fue condenado por los delitos de estafa y tráfico de medicamentos peligrosos para la salud, reiterado en setenta ocasiones a la pena de cuatro años de prisión.
Rímolo dirigía la clínica llamada “CIDENE” dedicada a tratamientos nutricionales para el descenso de peso. Se trataba de un establecimiento que atendía gran cantidad de pacientes, cobrando considerables sumas de dinero. La imputada Rímolo se presentaba como médica, a pesar de no tener formación ni habilitación profesional. Asimismo, prescribía medicamentos que promocionaba como naturales, tratándose en realidad de tóxicos que producen complicaciones para la salud. Aquellos medicamentos adulterados eran removidos de sus envases originales y comercializados en frascos rotulados con nombres que no respondían a su contenido real.
Según se comprobó, los pacientes eran inducidos a creer que “Giselle” Rímolo era médica, puesto que aquella aparecía en programas radiales y televisivos y era presentada como “doctora Rímolo”, en tanto que en la clínica vestía un delantal con un bordado que decía “Dra. Rímolo”, mientras se instruía al personal de la clínica para que la llamaran de esa forma y exhibía en su consultorio diplomas que solamente una profesional médica podía obtener, llegando incluso a cobrar una tarifa mayor por la consulta con ella que la correspondiente a la atención con personal médico. Finalmente, “Giselle” Rímolo prescribía medicación y controlaba su uso por parte de los y las pacientes.