Regresó preocupado de Misiones. Su Ford Falcon, que había probado tres días antes de la fecha en La Plata con la colaboración de Matías Rossi, no rindió en la sexta cita del año y Bernardo Llaver acumuló mucha bronca a lo largo del fin de semana. “Doblando, mi auto funcionaba igual que el de mi coequiper, Luciano Ventricelli. Pero en la recta me hacía medio segundo porque el motor estaba falto de potencia”, afirmó el sanmartiniano.
Sin poder pelear entre los puestos de vanguardia (llegó 23º), Berni fue claro al decir que “es pronto para tener una respuesta. No sé que voy a hacer; si el motor no responde en el banco de pruebas, directamente no iré a la próxima fecha en Termas de Río Hondo porque no tiene sentido. Estoy amargado porque cuesta muchísimo correr y los resultados no aparecen”.
De probar con el Di Meglio Motorsport antes de la doble cita del TC Pista, ni hablar. “Se terminó el dinero para ensayar antes de cada carrera. La última prueba fue en La Plata, así que el equipo tendrá que trabajar en el motor y después analizar en el banco de pruebas”, dijo Llaver, recordando que “encima no me salió una porque terminé la carrera sin frenos, se pinchó una goma y me pegaron varias veces. Así, todo es más complicado”.
De milagro no fue tragedia
El pasado domingo, una mujer ingresó al circuito apenas iniciada la final de TC Pista en Posadas, obligando a neutralizar la competencia.
“No hubo una tragedia de milagro. Me dijeron ‘pace car’ por radio y enseguida levanté el pie del acelerador. Tuve que tirarme a la tierra para esquivarla y la vi llorando”, afirmó Berni Llaver.
