Esto integra tres variables: lo económico, lo ecológico y lo social. El liderazgo del sistema constructivo con ladrillo hueco en Argentina se fundamenta en esta visión, que favorece desde lo económico, por ejemplo, el impulso a las economías regionales, desarrollando toda la cadena de valor local.
Esta nueva visión de construcción sostenible está alineada a la tendencia mundial de economía sostenible, un modelo de crecimiento que requiere una necesaria interacción de tres variables: economía, ecología y sociedad. En el análisis de un sistema constructivo de muros y losas o cubiertas, en un rubro clave como es la envolvente edilicia, deben tenerse especialmente en cuenta estas tres dimensiones de la sostenibilidad. Desde la Cámara Industrial de Cerámica Roja –CICER-, su presidente el Ing. Fernando Rico analiza esta tendencia en relación al sistema de construcción con ladrillo hueco:
“La razón por la cual más del 90% de los edificios construidos en Argentina han elegido el ladrillo hueco como sistema constructivo, tiene que ver con este concepto de construcción sostenible, adaptada a nuestra economía productiva, al contexto social y a la variable ambiental. Respecto de lo ecológico, la industria ladrillera ha demostrado estar a la altura de las exigencias crecientes de un menor consumo energético con el desarrollo de productos que ahorran energía, como los nuevos ladrillos termoeficientes, que mejoran el coeficiente de transmitancia térmica”, explica. Cabe destacar que estos bloques se sujetan a las normas y códigos más exigentes de la Provincia de Buenos Aires, y de ciudades como la Capital Federal, Córdoba y Rosario”.
Diagrama de la construcción sostenible
“Desde lo económico, un adecuado aislamiento térmico de las envolventes con muros de ladrillo hueco termoeficientes permite ahorros de hasta el 40% en la tarifa de gas y electricidad, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado, mientras que al momento de construir, la inversión en aislación térmica es sólo de un 2 a 3% mayor. Dicho costo adicional en el presupuesto se amortiza directamente mediante un menor gasto verificado en la compra de equipos de climatización, en ocasiones, severamente sobredimensionados. Por ello, el sistema de ladrillo hueco tiene sin dudas la mejor relación entre costo y beneficio, generando una inversión garantizada para un ciclo de vida de más de cien años, durante cual el costo de mantenimiento resulta ínfimo. Además, la propiedad es considerada por el mercado como una sólida inversión, porque no se desvaloriza con el paso del tiempo y logra el mejor valor de reventa a futuro”, agregó Rico.
“Por último, la sostenibilidad social del sistema constructivo con ladrillo hueco impulsa las economías regionales empleando mano de obra local y bien capacitada. Además, este sistema favorece la autoconstrucción o la ampliación en etapas, e impulsa la vivienda social, siendo el único sistema que puede brindar la capacidad productiva suficiente para satisfacer el déficit de 3 millones de viviendas que tiene actualmente el país”, concluye el Ing. Fernando Rico.