Su nombre es JC Aragone. De padres argentinos, juega con la bandera estadounidense, y su debut en el cuadro principal de un Grand Slam sencillamente es una historia excepcional.
Con 22 años, Aragone es el número 534 en el ranking de la ATP y compite en el circuito universitario de Estados Unidos.
Se abrió paso en la llave principal del Abierto de Estados Unidos luego de ganar tres partidos en la fase previa, a la que accedió de último momento, cuando recibió un wild card que había quedado a disposición.
En su debut, sucumbió ayer 6-3, 6-3, 6-1 ante el sudafricano Kevin Anderson, quien llegó a figurar entre los primeros 10 del ranking hace dos años.
Aragone tenía 16 años cuando sufrió una reacción alérgica a un medicamento para el tratamiento del acné, lo cual le causó problemas renales y hepáticos que le dejaron en coma. Hace cinco años fue diagnosticado con diabetes.
Cuando juega, Aragone debe tener consigo un medidor de glucosa en la sangre y una jeringa para inyectar insulina.
Fue lo que hizo durante su partido en la Cancha 5: "Tenía disparada la azúcar", dijo. "Bueno, fue algo simple, tuvieron que llamar a un doctor".
La atención que ha recibido en los últimos días por su condición de diabético le entusiasma, al ser considerado un modelo a seguir.
"He recibido un montón de mensajes en Facebook de gente dándome las gracias, por darle esperanza a sus familias", dijo Aragone, quien salió de niño de Argentina por cuestiones laborales de sus padres.
"Lo que más quisiera es promover mi condición y enseñarle a la gente que no es tan malo y que no te impedirá tener éxito en tu vida y hacer realidad tus sueños".
Otro detalle. Hace un año, Aragone estaba en Nueva York, pero no cargaba raquetas. Era pasante del banco JP Morgan Chase. Tras jugar con la Universidad de Virginia en los últimos meses, su plan es probar suerte en el tenis profesional, por lo que su carrera en el mundo de las finanzas deberá esperar.
"Mi plan original es darme un año, y sigo comprometido en eso", indicó. "Me veo jugando por un buen rato".
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Cuando compite, el joven debe contar con un medidor de glucosa en la sangre. (AP)