La historia de Luna, es una de las tantas que se repiten a diario por las calles, la diferencia es que la recuperación de la mestiza quedó registrada en fotos por una voluntaria de una sociedad protectora de animales.
Tracey Buyce es fotógrafa y un caluroso día de verano encontró a Luna en las calles de Bonfil, México. La can casi no podía sostenerse en pie y era piel y huesos. Tracey rastreó a los dueños de la perra y les pidió que se la entragaran.
A partir de ese día la vida de Luna cambió para siempre. La perra pasó a vivir bajo la custodia de Cats and Dogs International -una fundación que se encarga de rescatar animales de las calles de México y el Caribe-. La llevaron al veterinario, quien le diagnosticó desnutrición y un tumor tratable, la alimentaron y asearon.
Una vez, que estuvo en condiciones de valerse por sí misma los voluntarios la pusieron en adopción. A los pocos días, una familia de Nueva York se postuló para quedarse con mestiza amarilla. Ahora, Luna vive en una hogar y juega con los dos hijos del matrimonio.