La fiscalía mexicana sostuvo hoy que ya tiene "certeza legal" de que los 43 estudiantes que desaparecieron en septiembre en Guerrero (sur) fueron asesinados por sicarios del narcotráfico.
La investigación, corroborada por la confesión de un último sicario detenido "clave", nos da la "la certeza legal de que los normalistas (estudiantes) fueron muertos en las circunstancias descritas", dijo en una conferencia de prensa el fiscal general, Jesús Murillo Karam.
Las declaraciones del casi centenar de detenidos, los elementos materiales y dictámenes periciales "nos permitieron realizar un análisis lógico causal y llegar, sin lugar a dudas, a concluir que los estudiantes fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan en ese orden. Es la verdad histórica", afirmó Murillo Karam.
Hasta ahora, la fiscalía consideraba como desaparecidos a los jóvenes, que el 26 de septiembre fueron víctimas de un brutal ataque a tiros de policías corruptos de la ciudad de Iguala (Guerrero) y luego entregados a sicarios del cártel Guerreros Unidos.
Los padres de las víctimas, que el lunes lideraron una marcha con miles de personas en Ciudad de México, se niegan a creer la reconstrucción de la fiscalía de la fatídica noche.
Por el momento los expertos forenses sólo han identificado los restos mortales de uno de los estudiantes y los familiares conservan las esperanzas de que los otros 42 sigan con vida.