La Justicia Federal condenó a Noelia Belén González (32) -"propietaria" de kiosco donde también funcionaba un "kiosquito" de droga en Lavalle- por la venta de estupefaciente agravado por dos razones: a) la pescaron in fraganti vendiéndole un porro a un menor; y b) su "kiosquito" estaba ubicado muy cerca de dos escuelas.
Noelia González fue condenada a 4 años y 2 meses de prisión, en un juicio abreviado homologado por la jueza de cámara María Marisi, integrando el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 por el delito de comercialización de estupefacientes agravado por venderle a un menor, en la inmediaciones de una escuela.
Era fácil llegar al kiosco, de Noelia: estaba ubicado en la manzana A del barrio Santa Cecilia de Lavalle, en la pared tenía pintado un loro. El comercio estaba ubicado a 100 metros de la escuela Presidente Perón y a 150 de la secundaria Alicia Moreau de Justo.
En abril de 2017, la llegó a la policía federal una denuncia contra “El primo”, quien usaba como pantalla un kiosco para vender marihuana.
Se montó una vigilancia en el lugar y así se comprobó efectivamente una mujer vendía cigarrillos de marihuana.
Los uniformados esperaron que llegara un "cliente", vieron un clásico pase de manos y luego, cuando el comprador se alejó lo detuvieron y le encontraron cuatro cigarrillos de marihuana.
De inmediato se allanó el kiosco de Noelia y en la cocina de la vivienda se encontró un frasco de vidrio donde guardaba 77 cigarrillos de marihuana, una minipimer que se usaba para moler la droga , una balanza digital, papel para armar cigarrillos y unos 16 mil pesos en billetes de distinta denominación.
Estos elementos de prueba fueron puestos en valor durante el juicio abreviado donde la dueña del negocio se declaró culpable.
Luego fue condenada a cuatro años y dos meses de cárcel y a pagar la multa de 112 mil pesos.