La compra de vinos por parte del Estado

El gobierno nacional destinará, en una primera remesa, 75 millones de pesos para “sacar” del mercado vino que genera sobrestock y presiona sobre los precios. Pero hay que evitar que termine favoreciendo a algunos oportunistas que podrían aprovecharse de l

La compra de vinos por parte del Estado

El anuncio del gobierno nacional, en el sentido de que destinará una suma de $ 75 millones -en una primera etapa- para descomprimir el mercado de vinos y así elevar los precios, responde a uno de los pedidos de la industria. Pero también es dable destacar que se necesita previamente realizar un necesario relevamiento del stock y conocer la calidad y la propiedad de los vinos a los efectos de evitar que terminen comprándose caldos que no se encuentran en condiciones de ser comercializados (aunque el destino sea la destilación ), o bien que los beneficiados terminen siendo los grandes tenedores de vinos, con lo cual la medida no cumplirá su objetivo de beneficiar a los pequeños productores.

Debemos partir de una base, la de establecer por qué se produce ese tan mentado sobrestock de 200 millones de litros. Por un lado, pesó en la decisión el freno a las exportaciones que se produjo en 2010 como consecuencia de la existencia de un dólar desfasado y una inflación interna creciente, que hizo perder competitividad al vino argentino en los mercados externos. Situación que influyó sustancialmente sobre los vinos a granel, que son los que están generando el problema. Por otra parte, en 2014 hubo una equivocada decisión respecto de la derivación de uvas a mosto. Según señalan algunos industriales, por un equivocado pronóstico de cosecha de parte del INV, se determinó entre los gobiernos de Mendoza y de San Juan un porcentaje muy bajo de derivación de uvas a mosto. Fue así que la gente elaboró más de lo que el mercado podía absorber y fue lo que generó el sobrestock.

Las recientes medidas económicas anunciadas, como la baja de retenciones y la devaluación, generaron expectativas favorables para la competitividad del vino en los mercados externos, pero los efectos no se verán a corto plazo. Además, las exportaciones argentinas se centralizan esencialmente en vinos finos, que no generan excedentes. Los graneles, esencialmente los vinos de mesa, se enfrentan a mercados muy competitivos porque algunos países europeos, esencialmente España, subsidian veladamente las exportaciones y, paralelamente, porque gran parte de los caldos argentinos no están en condiciones de ser comercializados al no responder a los niveles de calidad exigidos. En ese esquema, entonces, la solución buscada es destinar a la destilación el vino sobrante porque, también es válido aclararlo, se trata de caldos que ni siquiera pueden ser comercializados en el mercado interno.

De acuerdo con lo informado, los 75 millones de pesos significarán la primera remesa de un monto destinado a “sacar” del mercado los 200 millones de litros que están generando sobrestock y presionando sobre los precios. El valor fijado será de 3 pesos el litro y a lo largo del año se harán otros operativos similares hasta llegar a las cifras necesarias. Pero es aquí donde se necesita que se ponga blanco sobre negro la realidad de la industria. Todos coinciden que hay mucho vino que no está en condiciones de ser comercializado, tal cual lo señalamos, y que, de continuar la actual situación, en el corto plazo pueden ser mezclados con los vinos nuevos, generando así un círculo vicioso en razón de que a los pocos meses ese vino tampoco podrá ser vendido. Razón por la cual haría falta un relevamiento exhaustivo de parte del INV para esclarecer la situación. El segundo aspecto radica en quién tiene el vino. Porque algunos aseguran que hay muy poco vino de terceros, porque los pequeños productores se vieron obligados a venderlo para poder hacer frente a las tareas culturales a lo largo del año. Con lo cual algunos grandes tenedores harían un pingüe negocio al “sacarse de encima” vinos que no pueden vender y ahora lo harán a un valor más que interesante.

El Gobierno provincial es consciente de la situación. Al menos así lo señaló el ministro de Economía, Enrique Vaquié, quien señaló que para aplicar el operativo es necesario saber de quién es el vino, quién lo tiene y si son de elaboración propia o de terceros. Aspectos que deben ser esclarecidos a los efectos de evitar que el destino del dinero aportado por la Nación ayude a quienes realmente lo necesitan y no termine favoreciendo a algunos oportunistas que se aprovechen de la situación.

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