La noche del viernes 10 de noviembre se le corrió el telón definitivo al Teatro de La Comedia, un escenario que se encontraba en funcionamiento desde el 24 enero de 2016 en plena calle San Juan de Ciudad.
La drástica decisión fue el resultado de una situación insostenible entre el propietario del local, el empresario José Mansur, y el inquilino y administrador del bar, Marcelo Lembo.
Consultado por Estilo, Lembo admitió que el cierre también se ha debido a una acumulación de acontecimientos que fue marchitando relación entre el propietario y el administrador del local: el bar sufrió dos robos importantes que generaron una deuda de 100 mil pesos.
A esto se le sumó la baja de asistencia de público, la suba de los impuestos de servicios y quizá –según admite Lembo– alguna falla administrativa que terminó por hundir la situación.
En definitiva, el atraso en los pagos del alquiler motivó al dueño del establecimiento a cerrar el local a partir de la tarde del viernes pasado, lo que intempestivamente afectó la programación teatral de todo el fin de semana, interrumpiendo, de hecho, las funciones de los espectáculos Stand up en la city y Un tal García, esta última protagonizada por Ernesto Suárez y Daniel Quiroga.
La administración de la sala dice que era imposible sostenerla, pero los actores aseguran que la decisión fue precipitada.
Según el relato de Lembo, el resto bar abría sólo durante la agenda de las obras y si bien se inauguró en una época de recesión, este año repuntó el público, aunque quizá no lo suficiente y en más de una ocasión se suspendieron las funciones por falta de espectadores.
“Lamento mucho lo que les ha pasado a los actores involucrados en este proyecto de sala –admitió Lembo–. No tengo nada que decir de ellos, salvo asumir el daño que estas decisiones han podido generar en estos artistas”.
El otro punto de vista
Por otro lado, Daniel Quiroga, uno de los actores protagonistas de la programación mensual de la sala, no quiso indagar en los acontecimientos puntuales sucedidos el viernes pasado, pero afirmó: "El error del cierre de la sala evidentemente no ha sido nuestro. Podríamos haber colaborado si se hubiese hablado a tiempo. Podríamos ver qué alternativa podíamos aplicar para que no terminemos de cerrar otra sala en Mendoza. Hubiéramos estado dispuestos a ayudar. Podríamos haber llegado a una situación quizá menos drástica".
"Llegamos el día para hacer las funciones y se suspendió todo. La gente que trabajaba con nosotros quedó de una pieza. Hablamos de los técnicos de sonidos y escenografía, los asistentes, esa gente se quedó sin un sueldo. Gente que, de una forma u otra, dependía de nuestro trabajo", contó.
Sobre el panorama actual del teatro, Daniel se explayó: "Lo general es que se viene dando el cierre de las salas y esa es una situación preocupante.
Nosotros lo sentimos directamente en el teatro. La gente elige y por ahí si tiene que pagar boletas tan caras de los servicios, no les da para pagar una entrada que sale más barata que un pancho. Es lamentable la situación”.
Y finalmente, “por otro lado, el problema es cómo avanzamos. Cómo nos reinventamos en esta economía. Después de tantos años de carrera, el Flaco Suárez y yo seguimos repartiendo volantines en la calle. Pero, en fin, lo cierto es que se cerró otro espacio. Es una noticia eso”.
Hoy por hoy el local continuará cerrado y por ahora no hay una sola posibilidad de revertir esta decisión.
En su página de Facebook, el lunes Ernesto Suárez publicó: "Estoy pensando que hay gente que no sabe de honestidad al dejar a veinte personas sin laburo", refiriéndose al cierre de la sala. "Pienso en otra cosa más contundente. En una sala es difícil, buscamos espacios alternativos, como la calle, los bares y pasan los años, uno ya está viejo (pero no cansado) y sigue la misma. Los comerciantes son comerciantes", dijo.
Y continuó: "Teatro sin espacio, es teatro, pero el espacio es vital para ensayos, laburo, contención, libertad para crear. En fin, yo diría, imprescindible para nuestro trabajo. El Instituto Nacional del Teatro sigue peleando por nosotros, muchos funcionarios han hecho y siguen haciendo cosas. Pero, hay un verdadero presupuesto (que se requiere) para la cantidad de teatreros y teatreras, que hacen una o dos funciones solamente luego de laburar meses para construir una obra. Diría el tango 'Dan ganas de balearse en un zaguán', pero no, vamos a seguir".
“Cuándo será ese día. Pregunto cuándo los senadores y diputados se darán cuenta de la cantidad inmensa de músicos, bailarines, actores, payasos, cantantes y escritores que genera esta provincia y que necesitan apoyo para no vivir el triste exilio o el abandonar su profesión”, finalizó.