Quisiera empezar esta carta con palabras del epílogo del libro “Excursión a indios ranqueles” de Lucio V. Mansilla: “No hay peor mal que la civilización sin clemencia”.
Este autor tiene una muy buena razón para decir tal frase, pues él fue comandante del sector de la frontera contra los indígenas, e hizo un viaje para negociar de igual a igual un tratado de paz con los indios, firmado en 1870.
Este epílogo es acertado en plantear un modo de civilización de forma correcta sobre la relación entre los cristianos y los indios.
A continuación daré mi opinión de este tema:
Mi postura está relacionada con esta frase del libro: Las calamidades que afligen a la humanidad nacen de los odios de razas y de la falta de amor.
Esta frase se pone de manifiesto en dos ejemplos del epílogo:
Uno es el hecho de que los cristianos que intentaron civilizar a los ranqueles corrían peligro por la forma de ser de esta raza, que seguía un camino violento.
Y también resalta Mansilla el trato de los cristianos con los indios y las únicas enseñanzas poco útiles que les dieron como beber vino, aprender a fumar, tomar mate, etc. Cuando lo más importante a enseñarles debería haber sido el trabajo y la religión.
Por último es importante que la conquista de los indios ranqueles desde un principio debería haber sido de forma civilizada y apaciguada.
Por mi parte apoyo la forma correcta planteada por Mansilla: el encuentro de las dos culturas y la civilización de una por parte de otra de una manera pacífica, con justicia y sobre todo con dignidad humana.
Martín Olivares Mattioni
DNI 45.531.115