Miles de personas pasaron por la Legislatura porteña para despedir los restos del músico Gustavo Cerati, por lo que la madre del cantante, Lilian Clark, junto ca sus nietos Benito y Lisa, agradeció el apoyo de los fanáticos y los saludó, emocionada, desde un balcón del edificio.
Charly García, Pedro Aznar, Ricardo Mollo, y uno de sus compañeros de Soda Stereo, Zeta Bosio, fueron algunos de los artistas que estuvieron en el Salón de Honor del Palacio Legislativo, donde fue velado el artista, quien murió ayer a los 55 años.
La procesión de fanáticos, que desde anoche se acercó al primer piso del edificio para despedir a su ídolo, no cesó nunca y en un momento la fila para entrar al velatorio superó las diez cuadras.
Como si los cuatro años en los que el músico estuvo en coma no hubiesen alcanzado para que los fanáticos se acostumbraran a su ausencia, miles de personas se agolparon en la puerta de la Legislatura con el recuerdo de su ídolo popular intacto.
En medio de la congoja, las historias de los fanáticos como Carla, una correntina que vino a Buenos Aires a despedir al músico con su hijo de siete años, que vivió el último show que dio Soda Stereo, en 2007, en la panza de su mamá.
"Cuando me enteré que murió le dije a mi marido: 'Me voy para Buenos Aires ya'. Acá me quedé toda la noche. Abajo de un techo para que él no se mojara. Cerati se lo merece", relató Carla, quien aseguró que el cantante le "enseñó a amar la música".
Con la emoción y el impacto que produce la muerte de un ídolo popular, se repitieron a lo largo del velatorio los gestos de dolor, los aplausos y el coro espontáneo de los temas más emblemáticos del músico.
Latinoamérica también despidió a unos de sus rockeros más queridos: las banderas de Chile, Ecuador, Colombia y Uruguay con mensajes de despedida al ídolo se multiplicaron durante el velatorio.
Embanderado en una de Colombia estaba Steven, un bogotano que llegó al país hace cuatro años, apenas se enteró que Gustavo había sufrido un ACV, y que se quedó en el país esperando la evolución del músico.
“Vine hasta acá por Cerati y nunca más me fui. Cuando ayer me enteré que había muerto, pensé que más nada tiene sentido. Todos estos años esperé que despertara. Fue una tristeza que se prolongó todo este tiempo”, resumió su dolor el joven colombiano.
Los restos de Cerati fueron velados en un Salón de Honor rodeado por los claveles que dejaron los fanáticos a su paso y por las numerosas coronas que enviaron el jefe Gobierno porteño, Mauricio Macri, el vicepresidente Amado Boudou, Racing Club (equipo del que era hincha Cerati) y los cantantes extranjeros Cristian Castro y Alejandro Sanz, entre otros.
Por el primer piso de la Legislatura pasaron miles de personas que pudieron pararse durante unos segundos frente a un cajón cerrado que fue rodeado por la bandera de la Argentina.
A un costado, la familia, que permaneció en un salón lindero observando, con visible emoción, los gestos de amor que los seguidores le brindaron a su ídolo.
Minutos antes de las 12, cuando ya no quedaba nadie para ingresar, se cerraron las puertas del edificio y fue en ese instante en el que la madre, los hijos, Benito y Lisa Cerati, y las tías del músico salieron a un balcón del edificio para saludar a los fanáticos.
Bajo la lluvia, los miles de seguidores de Cerati que se congregaron en la puerta de la Legislatura porteña, sobre la avenida Roca, aplaudieron con fuerza a los familiares y permanecieron en el lugar coreando los temas del ex Soda Stereo.
Allí se quedaron hasta el inicio del cortejo fúnebre, que trasladaba los restos del músico al cementerio de la Chacarita para su última despedida.