La ciudad como escenario del caos vehicular

La anarquía en el tránsito capitalino es un hecho comprobable a diario y que sufren todos los ciudadanos. La calidad de ciudad moderna exige a todos los actores adoptar las medidas y las acciones que puedan convertir a la urbe en un sitio más amigable.

La ciudad como escenario del caos vehicular

La crisis del tránsito en la ciudad de Mendoza es uno de los aspectos que más resienten las bondades de una capital que se precia de moderna, considerada muy atractiva por los miles de visitantes que llegan a conocerla y recorrerla. Nuestra ciudad está colapsada en varios sentidos y no funciona como debería hacerlo una capital del siglo XXI.

Los embotellamientos de vehículos ya no sólo se registran en las horas pico sino que se extienden casi a lo largo de toda la jornada. Este trastorno lo conocen muy bien los taxistas, que constituyen un sector de servicios que sufre a diario con la dificultad de circular por arterias atestadas.

Una de las causas originales de esta situación es que la zona urbana es más o menos la misma de siempre, pero en los últimos años tuvo que absorber diariamente el ingreso de 270.000 automotores, que se agregan a los 110.000 del parque propio que tiene la ciudad. Las vías de circulación mantienen las mismas dimensiones, aunque debe reconocerse que, en general, el municipio capitalino ha arreglado las calles en los últimos años para favorecer a una mejor circulación.

De todos modos, el tránsito empeora a diario. Al aumento constante se añade el hecho de que los usuarios estacionan sus coches en las mismas arterias recargadas y los espacios de circulación disminuyen notablemente.

Tampoco contribuye que el transporte público de pasajeros se preste con unidades de grandes dimensiones, que saturan aún más las vías de comunicación; cabe esperar que se concreten las anunciadas reformas de alcanzar un servicio polimodal, con trasbordos y la utilización de unidades chicas, como se observa en algunas líneas, con capacidad para 20 ó 25 personas sentadas.

La expectativa es que alguna vez se consiga unificar la prestación de los semáforos del área capitalina y que estos sean todos electrónicos. De los 203 existentes, 26% son de última generación y 74% del tipo mecánico. La descoordinación salta a la vista y es así que el radio capitalino casi no tiene ondas verdes de circulación, salvo Paso de los Andes. Junto con la modernización de la red semafórica debe analizarse en forma urgente las propuestas de carriles de uso exclusivo para colectivos en las zonas de tránsito denso.

La impotencia sentida por los conductores con los frecuentes atascos provoca una fuente de violencia que ha instituido como norma la ley del más fuerte y, como consecuencia, el irrespeto a la autoridad que no siempre puede resolver los problemas.

Indudablemente, el tránsito urbano de hoy es peor que el de ayer y el de mañana será peor que el de hoy si no se toman medidas basadas en la realidad cotidiana.

Otro aporte determinante para solucionar esta problemática es la construcción, de una vez por todas, de anillos de circunvalación o corredores específicos, como poseen Rosario, San Juan, Córdoba y Capital Federal. Permitirán que muchos conductores que van hacia otros destinos del Gran Mendoza no tengan que pasar por el radio céntrico mendocino. Claro que esta posibilidad se proyecta a futuro por los grandes costos que insumirá, pero alguna vez habrá que empezar.

El tránsito y el transporte en Mendoza están sumidos en una profunda crisis. Como primer paso, la ciudadanía debe involucrarse en la toma de decisiones y en la puesta en práctica de éstas, además de contribuir cada uno con pequeños aportes, como por ejemplo no ingresar al centro en auto cuando no sea estrictamente imprescindible.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA