La cibercriminalidad, una de las mayores amenazas para 2016

Los expertos cada vez temen más la posibilidad de un atentado. Un ataque informático puede llegar a contaminar el agua o descarrilar un tren.

La cibercriminalidad, una de las mayores amenazas para 2016

La multiplicación de prácticas de extorsión, el perfeccionamiento de los ataques por correo electrónico o la pérdida del control de los aparatos conectados a internet se presentan como las mayores amenazas para 2016, según los expertos en cibercriminalidad, que cada vez temen más la posibilidad de un atentado a distancia.

Para el Círculo Europeo de Seguridad de Sistemas de Información, que agrupa a las organizaciones del sector, las mayores amenazas son el cibersabotaje y el ciberterrorismo. “El ataque informático es un sistema amplio, que va a tener efectos medioambientales y humanos, por ejemplo contaminar el agua, hacer explotar una fábrica, descarrilar un tren”, explica la asociación.

Los hackers, ya sean estados, mafias o grupos armados, usan métodos cada vez más sofisticados para “romper” los sistemas informáticos de sus blancos.

Hace un año y medio, un pirata informático logró parar el funcionamiento de un alto horno de una fundición en Alemania, un ejemplo de cómo un ciberataque puede afectar a sectores estratégicos.

La empresa estadounidense Varonis, que fabrica aplicaciones de seguridad informática, plantea por ejemplo que si un pirata elige como blanco la campaña presidencial en Estados Unidos, habría muchas repercusiones.

“Expondría la identidad de los donantes, sus números de tarjeta de crédito, sus afinidades políticas, que son confidenciales”, explica la empresa.

Para lograr sus objetivos, muchos piratas informáticos utilizan la técnica del “Caballo de Troya”, que consiste en introducir un “malware” (una aplicación maliciosa) en los aparatos de algún empleado, para que el virus pueda avanzar hacia las unidades centrales. Para ejecutar esta técnica, los piratas envían correos cada vez más personalizados a las víctimas para que una de ellas abra un enlace o un archivo adjunto que está infectado.

Este método también es utilizado para el chantaje, ya que después de haber descargado los datos, desencriptándolos si es necesario, los piratas pueden pedir una recompensa a cambio de no revelarlos.

Esta forma de ataque también puede permitir que una empresa espíe a la competencia.

“El próximo año, o en los próximos años, creo que va a haber casos serios de este tipo”, plantea Jérôme Robert, director de marketing de la consultora francesa Lexsi.

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