Hugo Moyano y Antonio Caló hablaron por separado, pero coincidieron con el posible objetivo: la unidad del movimiento obrero en una sola CGT. El líder de los camioneros aseguró que está dispuesto a dar un paso al costado en aras de la unidad. “Si se unieron las dos Alemanias, ¿cómo no vamos a poder unirnos nosotros”, dijo, para agregar que “si la unidad es para garantizar los derechos de los trabajadores, uno no puede ser tan egoísta de querer permanecer en el cargo”. Por su parte, el pope metalúrgico -Antonio Caló- destacó por su parte que “la unidad está a la vuelta de la esquina, el problema es que hay que encontrar la esquina”.
Esas declaraciones de “buena voluntad” se dan de bruces con la realidad. Porque mientras Antonio Caló continúa ligado al kirchnerismo, Moyano se ha plantado como firme opositor, y si bien en un principio manifestó su apoyo a Sergio Massa, luego tomó distancias, aunque su hijo, Facundo, actual diputado nacional, mantiene una posición de acercamiento al ex intendente de Tigre. Más aún, Moyano acepta en silencio que uno de sus laderos, Héctor Daer, resulte ser la cara visible del sindicalismo dentro del massismo.
A ese aspecto debe sumarse el hecho de que Moyano sigue cargando contra el kirchnerismo, al asegurar que “si hoy no hay unidad es simplemente por la injerencia del Gobierno en las organizaciones gremiales. A mí se me fueron de la CGT por lo menos 14 gremios por las presiones del Gobierno”, dijo. De allí que tanto en un sector como del otro se considera improbable que la unidad se alcance en el curso de este año. Y si tenemos en cuenta que el año que viene será absolutamente electoral, por lo menos hasta las PASO, que es de donde surgirán los candidatos, las posibilidades se amplían aún más.
Ante la consulta sobre quién podría llegar a ocupar el sillón de la central obrera, si Moyano y Caló deciden dar un paso al costado, hubo coincidencias en señalar que el hombre debe surgir por consenso. Caló señaló que “nombres posibles hay muchos”, mientras Moyano expresó que “a Ubaldini no lo conocía nadie antes y mira el secretario general que terminó siendo”. Moyano tiene razón en un aspecto: Ubaldini era un desconocido para el grueso del sindicalismo nacional, ya que ni siquiera era el secretario general de los cerveceros. Pero tenía el aval, nada más y nada menos que de Lorenzo Miguel, el indiscutido líder del sindicalismo en aquel entonces. El propio Miguel contó a quien esto escribe cómo surgió el nombre de Ubaldini.
Dijo que el sindicalismo debía ofrecer una cara nueva luego del papelón de Casildo Herrera (ex titular de la central obrera nacional) que había asegurado que se había “borrado” cuando Isabel Martínez de Perón fue derrocada. “Al ‘pibe’ (como le decía Miguel a Ubaldini) lo conocí en el barco, donde estábamos detenidos. Lo vi inquieto, con ganas de trabajar. Era la cara nueva que necesitábamos y por eso le brindé todo mi respaldo”, me dijo. La gran diferencia entre aquella decisión y esta posibilidad de ahora es que no hay un Lorenzo Miguel que pueda decidir y que su palabra sea respetada por todos.
Va a correr mucha agua bajo los puentes, entonces, antes de que el sindicalismo encuentre el camino de la unidad. Más aún cuando no son dos (los de Moyano y Caló) los que se tienen que unir, sino que tendrán que esperar la opinión del sector que lidera Luis Barrionuevo, mientras aparecen otras dos agrupaciones, como las CTA y algunos movimientos “independientes” liderados por gente de la izquierda, como es la que congrega a los trabajadores de subtes.
En Mendoza
Mientras en Buenos Aires se mantengan las diferencias, la misma situación se va a plantear en la provincia. Precisamente por ello es que nadie habla de unidad y que todos los dirigentes estén intentando posicionarse “políticamente”. Podría asegurarse inclusive que son escasas las reuniones masivas entre la dirigencia y todo se circunscribe a conversaciones muchas veces informales sobre el futuro.
Yendo por partes, podríamos señalar lo que sucede con el sector que lidera Rodolfo Calcagni. Según se comenta, las conversaciones tienen como lugar de reunión el gremio de Estaciones de Servicios, que comanda el actual senador provincial José Escoda, de las que son asiduos participantes Ariel Pringles (judiciales federales), Claudio Díaz (diputado provincial y dirigente de Vialidad) y el titular de Canillitas, Raúl Camargo. Precisamente esos dirigentes estuvieron presentes durante el acto de juramento de María José Ubaldini como senadora provincial, en razón de que era el cargo que correspondía a la CGT. Pero no asistió Calcagni y, al decir de uno de los dirigentes, ello fue porque estaba “muy ocupado” en la discusión por el incremento salarial. Políticamente, el sector se encuentra nucleado dentro de la “Corriente”, que sostiene la candidatura de Daniel Scioli.
Sergio Massa ha logrado el apoyo de otro grupo de dirigentes. Por un lado se encuentra el Centro Empleados de Comercio, con Guillermo Pereyra a la cabeza, que organizó una reunión en su gremio con el ex intendente de Tigre. Una situación similar se ha planteado con el titular de Sanidad, Juan Carlos Navarro, quien mantiene diferencias con el gobernador Pérez y que se ha sumado al apoyo a Massa. Por otra parte, el petrolero Jorge Córdova se agrega, pero a través del apoyo que mantiene al diputado provincial Daniel Cassia.
De acuerdo con lo afirmado por Jorge Córdova, “estamos trabajando con miras a futuro. Cuando termine el Mundial vamos a armar la mesa sindical del Frente Renovador, tal cual lo ha pedido Héctor Daer a nivel nacional, que es el operador sindical del massismo”. Ante la consulta sobre quiénes pueden ser los candidatos del massismo a nivel local, respondió que “sería apresurado anticipar nombres, aunque ya han manifestado su intención Jorge Difonso (intendente de San Carlos), Daniel Cassia y el empresario Gaido, pero habrá que esperar”.
También se supo que el actual diputado nacional y dirigente de los petroleros privados Dante González estaría trabajando en un apoyo a la posible candidatura del titular de la Cámara Baja nacional, Julián Domínguez. "González es amigo personal de Domínguez", dijo un dirigente consultado, quien indicó que en el grupo se nuclean los gremios de mineros, aguas gaseosas, madera y ferroviarios.
Cabría señalar también que la dirigente de ATE Raquel Blas ha hecho pública su intención de incursionar en el plano político conformando por ahora una agrupación propia, sin definirse abiertamente por alguno de los partidos tradicionales.