La cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) blanqueó ayer que impulsa el quinto paro general contra el gobierno de Mauricio Macri para mediados de noviembre y detalló que la medida de fuerza será de 36 horas e incluirá una movilización.
Los dos jefes de la central obrera, Carlos Acuña y Héctor Daer, reconocieron que se está instrumentando la realización de la protesta y adelantaron que los principales reclamos responden a la situación que genera la carrera inflacionaria sobre los salarios y a la creciente pérdida de puestos de trabajo.
"Si este gobierno sigue insistiendo en que mantiene esta política económica, que vamos bien y en realidad vamos mal, a mediados de noviembre se va a convocar un paro general, posiblemente de 36 horas con movilización", planteó Acuña.
Por su parte, Daer aclaró que la protesta todavía debe ser avalada por las organizaciones sindicales que integran la CGT. "Hay que consensuarlo con todos", explicó, pero advirtió que si el Gobierno nacional no toma medidas para resguardar a los sectores más vulnerables frente a la crisis, "indefectiblemente la conflictividad hacia fin de año va a crecer y es muy probable que haya una medida de fuerza".
Los conductores de la central sindical le exigieron al Gobierno nacional que evite los despidos y las suspensiones "por lo menos hasta marzo", que atienda la "urgencia de los jubilados" y que "permita la reapertura de paritarias" ante la drástica caída del poder adquisitivo. "La inflación que tenemos hace 27 años que no la tenemos", se quejó Acuña.
El próximo paro general sería el tercero en seis meses (los dos anteriores fueron el 25 de junio y el 25 de setiembre) y más allá de los detalles que restan para anunciarlo formalmente, la decisión ya se tomó la semana pasada durante una reunión de la mesa chica de la CGT.
En ese encuentro, manifestaron su adhesión el "gordo" mercantil Armando Cavalieri; los "independientes" de buen diálogo con el Gobierno Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); el no alineado Antonio Caló (UOM); los moyanistas desalineados Abel Frutos (panaderos) y Jorge Sola (seguro), y los transportistas Omar Maturano (trenes) y Roberto Fernández (colectiveros).
Respaldo a Pablo Moyano
Los jefes de la CGT coincidieron al expresar su respaldo a Pablo Moyano, acusado de integrar una asociación ilícita en el club Independiente, y advirtieron que el número dos del gremio de Camioneros es víctima de una "persecución política".
"Son todas cosas que tiran desde el Gobierno para difamar. Una asociación ilícita de reventa de entradas, una vergüenza. Es una persecución política a la dirigencia gremial, en busca del desprestigio que siempre nos quieren hacer", expresó Daer.
"Cómo puede hacer una familia para estar, desde enero, todos los días en los diarios, con una presión sistemática, mediática, de acusaciones. Acusaciones que nunca terminan. Es muy difícil y no caben dudas de que son operaciones para amedrentar", amplió.
El dirigente del gremio de Sanidad subrayó que "cada vez que el movimiento obrero se plantea un debate con el poder, siempre pasa lo mismo: cuando vos le disputás al poder la hegemonía de decidir por todos, y hacer reformas y demás, ahí es cuando aparece siempre esta actitud".