Formalmente ayer se activó el cronómetro hasta la puesta en marcha de la central termoeléctrica de Anchoris, la primera en generar energía para el sistema, luego de 16 años, desde Mendoza.
La cuenta regresiva comenzó en la tarde de ayer con la firma del contrato entre Methax (la UTE adjudicataria que integran las empresas Galileo, Tecnored y Proenergy), y Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico), la licitante, en Buenos Aires.
“A partir de la firma del contrato el inicio de los trabajos será en forma inmediata. A lo sumo en diez días”, anticipó Horacio Pinasco, presidente de Tecnored, la pata de la UTE que gerenciará la planta de Luján respecto del avance de la obra, y luego de entregar un cronograma estimativo al Ministerio de Economía.
El movimiento de suelos en Luján es el primer paso para la construcción de la planta y el tendido del gasoducto virtual que suministrará GLP (gas licuado de petróleo) desde el Sur provincial. Como sea, el plazo final pre-convenido entre las empresas y el Gobierno es el 31 de marzo de 2017: ese día debería empezar a operar la planta de 40,5 megavatios de potencia, suficiente para abastecer a 15 mil hogares.
Así lo asumió el ministro de Economía, Enrique Vaquié, tras analizar el cronograma con representantes de la UTE. El funcionario incluso aventuró que se podrá avanzar en los trámites para una segunda fase, lo cual requiere la factibilidad de la Secretaría de Energía de la Nación.
Con seguridad, Vaquié resaltó que “la usina tiene que estar lista para empezar a generar energía en abril del año próximo”. Con la firma del convenio en Buenos Aires a la que asistieron Pinasco y su socio Osvaldo del Campo, CEO de Galileo, el Ejecutivo confirmó que en setiembre deberá estar listo el soporte de generación y, en octubre, la base industrial.
“Es una infraestructura modular que se pone en marcha relativamente rápido. Esperamos que crezca hacia otros fines: desde mitigar las heladas hasta hogares de Mendoza y explotación petrolera”, consignaron desde Galileo.
La primera del país
Desde que en 2000 el entonces presidente De la Rúa puso en marcha la mega represa hidroeléctrica de Potrerillos, pasó mucho tiempo sin inversiones en generación energética en Mendoza. Hasta ahora.
Pero, además, y según remarcó por su parte Pinasco, la futura usina geotérmica de Anchoris “por su tecnología, es la primera en su tipo del país”. Sólo Buquebus, el medio de transporte que une a Argentina y Uruguay, es el antecedente más cercano y comparable en cuanto al uso del innovador gasoducto.
Una vez en marcha, la central lujanina transformará el gas de venteo (el que se pierde en boca de pozos, estimado en el orden del 25% del potencialmente explotable) en gas licuado.
Tras la licuefacción se transportará en un gasoducto virtual, una serie de módulos transportables, hasta el predio de Anchoris, para alimentar una turbina LM 600 General Electric que, de acuerdo al cronograma, estará en condiciones de ser instalada en enero de 2017.
Además de Tecnored, al frente de la construcción y manejo de la planta, la UTE a la cual Cammesa le adjudicó el proyecto está integrada por Proenergy, una empresa con casa matriz en Estado Unidos, a cargo de proveer la turbina. La tercera pata de Methax es Galileo, la empresa vinculada al mercado del GNC, que en este caso es la responsable de la tecnología de licuefacción y transporte hasta la central.
Millones para "escalar"
Por sus características, al de Anchoris se lo califica técnicamente como un proyecto escalable, es decir, capaz de ampliar su capacidad en etapas sucesivas. Globalmente, el presupuesto es importante: llega a casi U$S 100 millones, de los cuales 50 millones conlleva la construcción de la planta y el restante 50% es la inversión prevista para la disposición del gasoducto virtual.
Según el presidente de Tecnored, “en función de la situación contractual, la meta es incrementar la potencia de la usina otros 40 megaw. Hemos ofertado avanzar a 130 megas para fines de 2017”.
En el Ejecutivo destacan sus ventajas frente a un costo de generación hidroeléctrica que, al menos en principio, se mantiene por debajo en comparación.