La Asociación Deportiva Anzorena, una verdadera escuela de básquet de nuestra provincia está de fiesta. La “boutique o catedral del básquetbol” mendocino sonríe.
Es que recuperó su lugar. Está en lo más alto. Tras 11 años volvió a sumar una estrella anual. Como lo hizo en 1972, 1995, 2001 y 2006. El equipo de la Sexta Sección trabajó y mucho para lograr este objetivo.
Porque no fue un año más en la vida del Rojo. Después de jugar 11 temporadas en un categoría superior, sus directivos actuaron más con la razón, que con el corazón, y decidieron no jugar el actual Torneo Federal.
Se bajaba un grande del Interior del país. Dolió y mucho. Pero, había que recuperar las raíces, recuperar las divisiones formativas y comenzar a trazar un nuevo proyecto deportivo con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Por ello, se apostó a la vuelta de Walter “Chocolate” Gutiérrez, el director técnico más ganador en la historia del club.
El “Choco” volvía a su casa, su cuna. Sin dudas, estuvo a la altura de las circunstancias, porque ganó de manera contundente el Torneo Apertura. Fue el mejor en el primer semestre y no tuvo fisura alguna.
El equipo de calle Olascoaga impuso su ritmo de juego en todas las canchas. Presión alta, agresiva, defensas en zona mixtas, ataques por conceptos y contragolpes por doquier.
La apuesta por retener a Matías Estalles y Federico Bonini, más los regresos de Nacho Revellino y Juan Luca Hernáez lo convirtieron en un verdadero equipazo; sumado a que su base, Nicolás “Colo” Aguilera, quien es uno de los mejores de Mendoza y el aporte de juveniles como Martín Irrutía y Nacho Garitaoandía, quienes piden cancha a cada minuto.
Desde que arrancó el Clausura, tuvo el cartel de candidato, pero en las finales, Atenas lo sorprendió y le ganó de guapo. Pero, Anzorena, como todo equipo campeón, reaccionó con el alma, con el corazón, tuvo una actitud positiva y ganadora. Como dijo “Magic”, no aceptó la derrota y aprendió de ella. Se tomó revancha, ganó la serie Anual y gritó campeón.