"Palermo, esto es una guerra. Actúa en consecuencia", se escucha la voz de (en off) de El Profesor y agrega: "¡Puertas! ¡Fuego!", ordena Palermo, el personaje de Rodrigo de la Serna, con un parche en un ojo. La banda sale del Banco de España disparando misiles que impactan contra las tanquetas de la Guardia Civil, que avanzan para recuperar el edificio.
A pura acción comienza la cuarta temporada de La Casa de Pepal, con protagonismo argentino. Soldados en llamas, otros avanzando para acorralarlos, mientras que adentro del edificio, Tokio cae al suelo ensangrentada.
“Todo puede joderse en una milésima de segundo. El momento en el que sientes la muerte en la nuca, y sabes que nada podrá volver a ser como era antes, y que tienes que sacar lo mejor de ti para sobrevivir”, narra al personaje de Úrsula Corberó.
El suspenso no pasa, sin embargo, en ella sino en la delicada salud de Nairobi, quien está malherida en el Banco. “Todos llevamos un francotirador apuntándonos al corazón. Pero el terror de verdad llega cuando esa bala no te da a ti y se lleva por delante a una persona que amas”, sigue diciéndonos Tokio.
El Profesor muestra su lado más sensible en el primer capítulo de la cuarta temporada de "La casa de papel". Improvisa un quirófano con suero, jeringas, ecógrafo, aparatos de monitoreo cardíaco y otros equipos, para tratar de salvarle la vida a una de las integrante esenciales de la banda.
“El Profesor era quien más sentía ese terror”, prosigue Tokio: “En su pecho se habían unido dos palabras que nunca deberían acercarse: amor y muerte”.
Y vemos al cerebro tal como lo habíamos dejado en la tercera temporada, corriendo en medio de un bosque.
“Y eso lo cortocircuitó. Pensaba una y otra vez: han matado a la persona que amo”.
Pero, Lisboa no murió. Es rehén de la Policía a la que alguna vez perteneció.
La vertiginosa acción de los primeros minutos de la temporada 4 transcurre en cuatro planos paralelos: la intervención quirúrgica de Nairobi; las vivencias de Nairobi en manos de sus ex compañeros; la huida de El Profesor en el bosque; la tensión de la jefatura policial en la carpa, entre Tamayo y la embarazadísima inspectora Alicia Sierra Montes.
Y cada tanto aparecen los flashbacks que distenden al público, remontandolos a días felices en que la banda de los Dalís preparaba este asalto. Y ala vez, las discrepancias internas de la banda, con Palermo y Tokio sacándose chispas. Y también, a la preparación del golpe al Banco de España y a la intimidad de la banda.
El Profesor parece acorralado pero como as bajo la manga tiene en mente el Plan Hamelin al que nos iremos enterando de cuánto de todo esto ya estaba elaborado: por algo es el cerebro mágico de los Dalís.
Los alivios cómicos en el capítulo 1 están a cargo de Marsella y el Profesor quienes muestran un costado más sensible. Dspués, toda la tensión está dentro del banco, donde Denver vuelve a mostrar su inestabilidad emocional. Y donde la vida de Nairobi pende de un hilo: la gran pregunta que queda flotando es si se salvará.