La canasta básica es poco saludable, dicen los expertos

Nutricionistas sostienen que tiene exceso de calorías, grasas, azúcar y sal. Se elaboró hace 30 años y nunca fue modificada. Por eso, proponen que se haga una nueva.

La canasta básica es poco saludable, dicen los expertos

La canasta básica de alimentos (CBA) no cumple con los requisitos para garantizar una nutrición adecuada, según un estudio realizado por un equipo de profesionales de la Universidad de Buenos Aires. Para los expertos, la CBA - que en conjunto asegura a una persona “no pasar hambre”-  está 60% por debajo de un estándar nutricional saludable.

El informe señala que los productos que la componen no llegan a cubrir el mínimo de consumo de calcio. “Si la dieta fuera sólo a base de la CBA, dos tercios de la población tendría déficit de calcio y una cuarta parte de los niños no alcanzaría el consumo recomendado de lácteos, verduras y frutas”, concluyeron los expertos.

Su análisis se elaboró en el marco del proyecto que se discute en el Congreso Nacional para la devolución del IVA a los alimentos contenidos en la Canasta Básica de Alimentos y que beneficiaría a jubilados y a quienes reciben  la AUH y otros programas sociales. Ese reintegro sería de entre 10,5 y 21% del IVA si pagan con tarjeta de débito.

Sergio Britos, nutricionista, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (Cepea) y profesor asociado de la Escuela de Nutrición (UBA), explicó que si la dieta de las personas siguiera la pauta de una Canasta Básica, se mantendría y aún aumentaría el problema nutricional más extendido en la actualidad.

La CBA se conformó en 1986 y desde entonces no ha sido modificada. En aquel entonces, “el principal problema era la desnutrición. Hoy es la malnutrición, manifestada en altas tasas de obesidad, diabetes y deficiencias de nutrientes (falta de vitaminas y minerales)”. De acuerdo a los datos señalados en el informe, 36% de los chicos en edad escolar y 58% de los adultos padecen sobrepeso y una cuarta parte de los menores de 17 años se encuentra en alto riesgo de padecer deficiencias de micronutrientes.

“En contextos de pobreza, comer mal es el principal problema, mucho más que comer poco o no comer”, remarcó Britos.

En este mismo sentido opinó la licenciada en Nutrición Lourdes Sánchez (Universidad Maza), quien señaló que aunque la desnutrición persiste, el principal problema es sin dudas la malnutrición. Ella, junto a un equipo de profesionales, realizó en 2012  un análisis de los componentes de la CBA cuyas conclusiones fueron similares.

“La CBA no es sinónimo de una alimentación saludable ni de lo que las personas deben comer. Es una adaptación (aplicando criterios normativos y económicos) de lo que se come en los hogares”, reseñó el equipo de investigadores.

Sánchez comentó que la de la CBA es una dieta obesogénica, por exceso de calorías y grasas saturadas (por los cortes de carne que se contemplan) y exceso de azúcar y sodio. En definitiva, “lo que contempla en cuanto a valor nutricional está muy por debajo de lo que se indica”. Para ella, la canasta favorece el sobrepeso, la obesidad, la intolerancia a la glucosa, las enfermedades cardiovasculares y las crónicas como el cáncer.

Falencias

Desde la UBA señalaron que el déficit de calcio es uno de los más frecuentes en la población argentina. El informe consigna que a partir de los 4 años y hasta la adultez, alrededor de 66% de la población presenta esta insuficiencia dietética. “El 70% de su ingesta proviene de los lácteos. Casi la mitad de esa cifra en forma de leche líquida y 10% como yogur. Una canasta con menos de medio litro diario de leche o yogur es asegurar que el déficit se mantenga, y la CBA incluye la mitad de ese volumen”, agregó Britos

En tanto, el abordaje de la Universidad Maza concluyó que “para un adulto, la CBA presenta un aporte excesivo de carnes rojas (cortes mayormente grasos), cereales refinados, sodio, grasas saturadas y azúcares simples, en detrimento de alimentos de alta densidad nutricional: frutas, verduras, lácteos de bajo tenor graso y cereales enteros”.

Criterios económicos

Lucía Quintana, especialista en Salud Pública y profesora de Economía Alimentaria, explicó que la canasta básica no sugiere consumo sino que lo que hace es calcular el costo a partir de lo que la gente consume. “No está pensada desde lo nutricional, se arma en función de en qué gasta la plata la gente cuando compra alimentos. Se trata de que sea representativa tomando en promedio a la clase media”. Sin embargo, consideró que “tiene excesiva cantidad de papa, pan, fideos, arroz y tan sólo 200 gramos de queso mantecoso al mes”.

Después de tres décadas, la CBA atrasa en los parámetros de lo que debe ser un menú saludable y las necesidades nutricionales frente a las patologías que han ganado terreno. Pero además, no expresa los gustos y hábitos de la población actual, tal cual señalaron las especialistas de la Maza.

El mercado alimentario ha variado para introducir una serie de productos con gran aporte calórico, de grasas y azúcares, los que han contribuido a la epidemia de sobrepeso y obesidad.

Por eso, Sánchez hace referencia a la actualización de las guías alimentarias que acaba de hacer el Ministerio de Salud de la Nación.

“Habría que hacer una nueva evaluación de la CBA”, agrega, pero teniendo en cuenta la nueva concepción, por lo que seguramente la brecha sería aún mayor. Es justamente esto lo que sostiene las intenciones de los especialistas de propiciar el desarrollo de una nueva CBA que favorezca una alimentación más saludable, con más contenido de frutas y verduras.

“A veces no es tanto en la cantidad de alimentos sino en la calidad. Sugerimos por ejemplo ampliar la cantidad de pescado a dos veces por semana”, dijo la nutricionista.

“La forma de hacerlo es vincular la devolución de IVA a la compra de alimentos de buena calidad nutricional y no en forma indiscriminada. Y acompañado de una estrategia de educación alimentaria, información o señalización de los alimentos que se quiere promover”, propuso Britos.

Lo sano es más caro

“Comprar 100 calorías saludables cuesta tres veces más que 100 calorías en productos de menor calidad con exceso de azúcar y harinas refinadas”, sostienen desde la UBA.

“Por eso, los esfuerzos presupuestarios deberían orientarse a mejorar la nutrición, nunca a empeorarla. Así, la devolución o disminución del IVA a los beneficiarios de planes sociales y jubilados puede ser una oportunidad histórica para, por primera vez en años, apostar a una mejora genuina de la nutrición”, amplió Sergio Britos.

Los productos que conformen una canasta más saludable deben ser no solo de uso y consumo habitual, sino estar disponibles en el mercado y tener una relación precio/densidad nutricional conveniente.

Una dieta adecuada debe ser variada; por eso, no menos de dos tercios de las calorías debe originarse en productos esenciales: frutas, verduras, hortalizas, leche, yogur, carne con poca grasa, pastas de trigo candeal, arroz integral y agua, entre otros.

“Modificar la canasta básica es una decisión política que debe venir desde el Ministerio”, aseguró Lourdes Sánchez, quien señaló que se viene trabajando en nuevas recomendaciones saludables pero habría que adaptar a ellas la canasta.

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