Para vivir dignamente una pareja de jubilados en Mendoza necesitó en diciembre del año pasado, como mínimo, $ 16.950, para así cubrir sus necesidades básicas. Con lo cual -por persona- se necesitó una base de $ 8.475. Estos números, además, reflejan que en un año la canasta subió 50%. En diciembre de 2015 la canasta básica total de una pareja de jubilados fue de $ 11.300.
En función de los números de 2017, se tiene en cuenta que un jubilado precisó $ 282, por día para mantenerse. Estos números quedaron reflejados en el informe de Canasta Básica Total (CBT) de la consultora Evaluecon correspondiente a febrero.
Por lo tanto, hoy y como viene sucediendo en los últimos años, un mayor de 65 años no puede cubrir sus patrones de consumo y resulta casi imposible vivir ya que en la actualidad el haber mínimo por ley que percibe es de $ 5.661 al mes. De este modo, si los dos cónyuges son jubilados, tendrían un ingreso familiar de $ 11.322, $ 5.628 por debajo de la Canasta Básica de Jubilados, valores que deberían haber percibido en diciembre de 2015, por lo que se puede deducir que sus ingresos están prácticamente un año atrasados y por detrás de la inflación.
En este marco, es que en diciembre del año pasado sus ingresos estuvieron 44% por debajo de la CBT lo que se mantiene $ 2.814 por debajo del gasto necesario mensual.
Cabe aclarar que, en comparación directa con lo que ocurría en diciembre de 2015, la distancia entre jubilación mínima y CBT se ha agrandado un pequeño porcentaje. En términos porcentuales, la diferencia en 2015 era de 43%, cuando la jubilación era de $ 3.231,63 y la CBT era de $ 5.661.
Ayuda económica
Según explicó el economista José Vargas, director de la consultora, "para que los adultos mayores puedan adquirir aquellos elementos básicos para vivir es indispensable que sumen otros ingresos, como pueden ser pensiones, o que algún otro miembro trabaje o la colaboración familiar, para así mejorar la condición económica”.
Además, aclaró un punto y es que esta CBT de jubilados toma que la persona tiene casa propia o -si alquila- la ayuda viene de otros ingresos y no de la jubilación. De este modo, claramente “la situación es mucho más preocupante en los hogares donde no se reciben rentas del capital (acciones, rentas, intereses, alquileres, etc.)”.
No obstante, el economista aclaró que en dicho estudio no se toma en consideración el alquiler ya que “la gran mayoría de los encuestados respondió que no paga alquiler, ya sea porque tienen casa propia o viven con algún familiar”.
Es importante indicar que esta canasta y gastos también se dan en un marco en donde la mayoría de los servicios consumidos por los ancianos gozan de beneficios adicionales (descuentos o subsidios por parte del Estado) como el caso de los medicamentos, transporte público, servicios básicos, etc.
Sin embargo, señala Vargas, “la situación planteada es preocupante para los abuelos mendocinos que obtienen la jubilación mínima porque -según ellos- 'viven como pueden'”. Por lo tanto, hoy para un adulto de más de 60 años es casi imposible vivir con menos de $ 8.475 al mes.
Incrementos
El informe de Evaluecon indica que desde diciembre de 2015 a diciembre de 2016, la Canasta Básica Total de un jubilado tuvo un incremento del 50%, un porcentaje mayor a lo que marcaría la inflación interanual, o el IPC de la misma consultora que en el acumulado de los últimos 12 meses fue de 41,85%.
Durante ese año, según explicó Vargas, el claro disparador de este aumento, y que impacta sobre el valor total de la canasta de una persona de la tercera edad, fueron los alimentos especiales. En este caso, la suba fue del 48%.
En la encuesta realizada por la consultora, se desprende que los mayores con 60 años y más, distribuyen su gasto en alimentación siguiendo una pauta muy similar al resto de las familias en Mendoza pero compran en mayor cantidad los alimentos más indicativos (carne, pescado, leche, huevos, frutas).
Dentro de ellos, se ubican carne magra, edulcorantes, agua mineral, pan de salvado, verduras, productos light, galletas sin sal, leches fortificadas con hierro, etc. Y es acá, justamente, donde se observa el mayor aumento.
Luego, entre diciembre de 2015 e igual mes de 2016, los gastos para salud y atención médica presentaron una suba del 46%. En este caso, influyeron consultas, análisis clínicos, ecografías, radiografías, consultas ambulatorias y artículos ortopédicos, entre otros.
En tercer lugar, el grupo que mayor incrementos presentó en el período interanual analizado fue medicamentos, que creció 41%.
Finalmente, servicios básicos mostró una suba del 39%. Este aumento se refleja en los servicios tales como luz, agua, gas, telefonía fija, telefonía celular, etc.
Por otro lado, José Vargas aclaró que “la mayoría de los servicios consumidos por los ancianos gozan de beneficios adicionales (descuentos o subsidios por parte del Estado) como el caso de los medicamentos, transporte público, servicios básicos, etc. Sin embargo, esto no quiere decir que los aumentos no impacten sobre la cuenta final del mes”.
Para el economista, la canasta de los jubilados tiene poca flexibilidad, por lo que les resulta complicado atenuar los incrementos. Dado principalmente, porque los medicamentos o atención en salud, resultan indispensables.
Dicen que en 2016 se incrementó la carne el 40% en nuestra provincia
Durante todo 2016 el precio de la carne vacuna en Mendoza se incrementó cerca del 40%. Así lo manifestó Mario Glielmi, dueño del frigorífico María del Carmen y presidente de la Cámara de Industria de la Carne y Matarifes de Mendoza.
Igualmente el empresario destacó que desde setiembre e incluso en la época de las fiestas, los precios se mantuvieron estables, sin variaciones importantes.
"El pico de incremento más importante se dio a mediados de año. De ahí en más tendió a estabilizarse”, remarcó el presidente de la Cámara de Industria de la Carne y Matarifes de Mendoza.
El gran problema que surge para el sector es que el consumo de carne vacuna cayó a su nivel más bajo de los últimos 5 años.
El informe presentado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), donde se refleja que el consumo para 2016 fue de 57 kilos per cápita por año, representa una baja, en comparación con 2015, del 4,1%.
Esto es algo que preocupa a los empresarios si se tiene en cuenta que el 92% de la producción tiene como destino el abastecimiento del mercado local.
Este dato sumado a la caída del consumo explica por qué la variación de precios se detuvo los últimos meses de 2016.
“Depende mucho de cada carnicería, pero el precio en líneas generales los últimos 4 meses se mantiene estable, y esto es porque no hay ventas”, remarcó Glielmi.
Según el dueño del Frigorífico María del Carmen, lo que está pasando es que se sigue consumiendo carne, aunque cada vez menos.
“En enero cayó mucho la demanda, lo que se compensó con la caída de la hacienda que ingresó a los mercados por los problemas climáticos en la zonas ganaderas, lo que estabilizó la situación”, analizó Glielmi.
Estimó que durante 2017 "el precio de la carne va a bajar. Hoy un kilo de asado se puede conseguir en $ 110, o una bola de lomo en $ 90, mientras que la carne de segunda no supera los $ 100", aseguró. J.M. Porolli
Distribución de los gastos
La información disponible en base a la encuesta realizada por la Consultora, indica que las personas con 60 años y más distribuyen su gasto de la siguiente forma: el 55% de sus ingresos va a alimentos. Ahora bien, si un jubilado (solo) gana el mínimo de $ 5.661, representa que en este ítem se va un total de $ 3.113,55 por mes.
Luego, en segundo lugar, 35% de los ingresos de un jubilado es destinado a la compra de medicamentos, lo que representa $ 1.981,35 del ingreso necesario para vivir dignamente.
Finalmente, en tercer lugar el informe considera que 10% restante -$ 566,10- se utiliza para pagar servicios básicos como luz, gas, agua, teléfono fijo y telefonía celular.