Uno de los pilotos quedó fuera de la cabina justo antes de que el avión de Germanwings cayera sobre los Alpes franceses, según una grabación de voz hallada en una de las cajas negras del avión citada ayer por el diario “The New York Times” en base a fuentes de la investigación.
De acuerdo con las fuentes que el “Times” citó desde París y difundió la agencia alemana de noticias DPA, las conversaciones entre los pilotos eran de rutina hasta que uno de ellos no pudo volver a acceder a la cabina tras abandonarla. “El que quedó afuera golpea suavemente la puerta y no hay respuesta”, cita el diario a un investigador.
“Entonces golpea más fuerte y no hay respuesta. Nunca hay respuesta”, dice el reporte. El sonido quedó grabado en la caja negra del Airbus A320 e indica que el piloto excluido “intentó tirar abajo la puerta” antes de que el avión se estrellara contra una montaña, a 1.800 metros de altura.
La grabadora de voz de cabina, golpeada y abollada en la colisión, era examinada por investigadores para obtener pistas de qué causó la caída del Airbus A320 el martes, luego de que los pilotos perdieran el contacto por radio mientras sobrevolaban los Alpes franceses entre Barcelona y Düsseldorf. El máximo responsable de seguridad alemán dijo el miércoles que no había indicios de sabotaje.
Varios helicópteros sobrevolaban desde el amanecer de ayer los escombros dispersos por la ladera, mientras los rescatistas ascendían hasta el remoto lugar entre la lluvia y la nieve recién caída, antes de que las familias de las víctimas y los mandatarios de Francia, España y Alemania llegaran al lugar.
"La caja negra está dañada y hay que reconstituirla en las próximas horas"', explicó el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve. Resulta clave descubrir lo que ocurrió exactamente entre las 9.30 y las 9.31 GMT, indicó Ségolène Royal, ministra de Transporte.
La Fuerza Aérea francesa dijo haber enviado a la zona un avión de combate Mirage cuando se perdió el contacto con radar con el vuelo, pero que llegó demasiado tarde para ayudar.
El ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziere, dijo que “según la última información, no hay pruebas de que el accidente fuera provocado de forma deliberada por terceros”'. Tanto Royal como Cazeneuve hicieron hincapié en que parece improbable que tenga alguna relación con el terrorismo.
El impacto contra la montaña dejó trozos de fuselaje “tan pequeños y brillantes que parecen parches de nieve en las montañas”, dijo Pierre-Henry Brandet, portavoz del Ministerio del Interior, tras sobrevolar los restos.
Familiares dolientes viajaron a la zona sur de los Alpes, al igual que lo hicieron los líderes de Francia, Alemania y España, toda vez que la mayoría de los pasajeros eran alemanes y españoles.
El presidente francés Francois Hollande y la canciller alemana Angela Merkel arribaron por helicóptero a un prado en las montañas azotado por fuertes vientos. El presidente del gobierno español Mariano Rajoy se les sumó en el pueblo de Seynes-les-Alpes.
Lufthansa dijo que dos vuelos fletados estarían disponibles para llevar a Francia a familiares que deseen acercarse lo más posible al lugar de la tragedia. Habitantes de Seyne-les-Alpes ofrecieron hospedar a familias a causa de la escasez de habitaciones para alquilar.
En una espeluznante coincidencia, un vuelo de Air France que cubría la ruta entre París y Saigón se estrelló a solo unos kilómetros de distancia en 1953, muriendo las 42 personas a bordo.