La tradición histórica sitúa al descubrimiento de petróleo en la Argentina un día como hoy, hace 112 años. Sin embargo, en Mendoza, el oro negro era conocido desde antes de la creación del Virreinato del Río de la Plata (1776). Efectivamente, en esa época se utilizaban los afloramientos de petróleo en San Rafael y en Cacheuta (Luján de Cuyo) para calafatear barcos. Un siglo después, la Compañía Mendocina de Petróleo (1886-1891) comenzó a extraer e industrializar gran cantidad de hidrocarburos. No obstante, Carlos Fader, dueño de la compañía, tuvo problemas técnicos, financieros y logísticos que le impidieron continuar con la explotación del mineral.
Por su parte, el Estado provincial incentivó la búsqueda y extracción de tan importante mineral recién a fines de la segunda década del siglo XX, con la llegada al gobierno de José Néstor Lencinas (1918-1920).
Cabe aclarar que José Néstor Lencinas fue el primer gobernador provincial que no pertenecía a los llamados gobiernos “de familia” u “oligárquicos”, y uno de los fundadores del radicalismo provincial. Una de sus primeras acciones en el Ejecutivo fue impulsar reformas en el Estado. Por ejemplo, dentro del Ministerio de Obras y Servicios Públicos, creó nuevas Direcciones e instauró la obligación de que el equipo técnico de estas agencias tuviera título universitario. Así, creó la Dirección de Minas, Petróleo y Geología en la que incorporó personal especializado con el objetivo central de generar conocimientos de base local que hicieran viable la explotación petrolera en Mendoza; hecho trascendente, puesto que fue la primera provincia del país en tener un organismo específico y con funcionarios técnicos.
El personal que integró la Dirección de Minas, Petróleo y Geología estaba compuesto por un director general, un geólogo, un ingeniero en minas y topógrafos. El Director General elegido fue el ingeniero en petróleo Guillermo Hileman quien había trabajado durante cuatro años en la explotación petrolífera de California (Estados Unidos) y se había perfeccionado en esquistos bituminosos. Luego, este ingeniero fue el director de exploraciones de la Dirección homónima durante la presidencia de Agustín P. Justo (1932-1938).
La primera acción de la Dirección de Minas, Petróleo y Geología fue redactar una normativa sobre cómo proceder para buscar minerales en la provincia. Si bien para ello ya existía una ley nacional y otra provincial, el gobierno de Lencinas buscó adaptarlas con el objetivo de que los inversores llegaran rápidamente a la provincia y comenzaran a extraer, de las entrañas de la tierra, el oro negro tan apreciado. El diario Los Andes, el 10 de marzo de 1919 comentaba sobre estas acciones: "Las disposiciones de la ley nacional Nº 10.273, sobre reformas al Código de Minería, han venido a favorecer grandemente el fomento de la industria minera argentina. A esto se agrega la creación en nuestra provincia, desde 1918, de la División de Minas, Petróleo y Geología, repartición técnica especialmente destinada a promover el desarrollo de este importante género de actividades, facilitando a los interesados cuanto dato de utilidad sea posible, a fin de que el número, cualesquiera que sean sus recursos, pueda emprender en la mejor forma la exploración y explotación de las minas".
Por otro lado, la novel agencia estatal buscó, a través de un cuerpo de cateadores, conocer cada rincón de la provincia para informar a cualquier interesado dónde podía explorar con seguridad para encontrar el mineral que buscaba. No sólo esto. También se ocupó de buscar inversores. Para ello, autorizó a Emilio Goldarecena para que viajara a los Estados Unidos para reunirse con comerciantes, industriales y el gobierno.
Goldarecena viajó como representante de la Provincia llevando información obtenida por la Dirección de Minas, Petróleo y Geología. Estas acciones debieron haber tenido éxito pues, en julio de 1920, Roberto Kirkpatrick, estadounidense y de profesión minero, solicitó autorización para explorar una gran extensión en San Rafael y particularmente en el distrito Malargüe -que por entonces formaba parte de aquel departamento-, con la intención de encontrar materiales de “primera categoría” (oro, plata y petróleo). Hizo 64 pedidos que cubrieron una superficie de más de 100.000 hectáreas, siendo el único por esta época que solicitó tantos cateos. Lo mismo sucedió con el italiano Rafael Santorro que recorrió amplios parajes de San Rafael buscando petróleo. Estas últimas exploraciones fueron tan conocidas que incluso la prensa se hizo eco de los trabajos del europeo.
Es importante destacar que el mismo director Hileman realizó investigaciones sobre esquistos bituminosos que publicó hacia 1921 en una obra titulada “Petróleo de esquistos, su industrialización”. El trabajo resultaba valioso pues detallaba los beneficios de la producción de este mineral y cómo iba a contribuir a la producción de hidrocarburos. Informaba los lugares donde se encontraba el esquisto, resaltando los que estaban cercanos a la capital de la provincia, lo cual facilitaba no sólo su extracción sino también su producción.
Lencinas falleció a principios de 1920 y le sucedió en el cargo Ricardo Báez, presidente provisional del Senado. Las diferencias entre Báez y los lencinistas produjeron una intervención federal en Mendoza. El uso recurrente de esta herramienta por parte del Ejecutivo nacional afectó la continuidad y concreción de diversas políticas de cuño local, entre ellas, la explotación de petróleo.
Sin embargo, Guillermo Hileman continuó en la Dirección de la División de Minas, Petróleo y Geología, como White. Mas esta continuidad no fue suficiente para que la política minera despegara. Lo importante es resaltar la preocupación temprana del Gobierno provincial por buscar una nueva alternativa económica a la vitivinicultura.
Lamentablemente la inestabilidad política de la época impidió una rápida concreción.
Aun así, los conocimientos que se obtuvieron en esta época fueron fundamentales para que en 1932 el gobierno de la Provincia de Mendoza y Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) firmaran un contrato para explotar el petróleo en la provincia. Ocho años después la provincia se convirtió en la segunda región en importancia petrolera nacional. Pero ésa es otra historia.