Alpargatas, una empresa centenaria que nació en la Argentina pero que después pasó a capitales brasileños (hoy es dueña de la marca Havaianas y Topper), dejó de operar en el mercado textil local, donde producía denim, el material con que se hacen los jeans.
La compañía -que es controlada por el holding brasileño Itausa- se desprendió de tres plantas y una desmontadora de algodón por US$ 14 millones. Todas estaban con los días contados, ya que la compañía o las había cerrado o planeaba hacerlo.
Las filiales que Alpargatas tenía en Corrientes y Chaco, donde operaba la desmontadora, pasaron a manos de la argentina Marfra. Tenía 30 empleados.
La planta de Florencio Varela -que ya había sufrido un ajuste de personal el año pasado- fue vendida a Cladd Industria Textil Argentina.
En tanto, la subsidiaria de Catamarca, que contaba con 112 empleados, pasó a manos de Fibran Sur, también de capitales argentinos. Allí se fabrican repasadores, trapos rejilla, franelas y otros tipos de productos de limpieza de la marca Media Naranja.
La situación de esta planta era delicada y Fibran Sur consiguió que el gobierno de Catamarca se haga cargo del salario mínimo de los nuevos trabajadores que tomen y, además, la compañía ingresará al programa Transformación Productiva, que contempla que el Estado Nacional pague un salario mínimo por cada empleado actual por seis meses.
La empresa también había vendido el 22,5% de la unidad de negocio relacionada con la marca Topper en la Argentina y en todo el mundo al empresario Carlos Wizard.
"Con la transferencia real de estos activos a sus respectivos compradores, que serán efectivizadas el 1 de octubre, Alpargatas Argentina deja de trabajar en el segmento textil", informó la empresa.