La Borravino sacó adelante una durísima final ante Tucumán, la ganó por 1 a 0 y recuperó la corona nacional que supo conquistar en las ediciones de 2013 y 2014.
Bajo un gran marco de público, que se dio cita en el Estadio Vicente Polimeni, en Las Heras, las chicas de Mendoza volvieron a abrazarse a la gloria.
El seleccionado que dirige Jesús Ayala debió trabajar mucho más de lo esperado para poder festejar finalmente su título. Primero debió superar los nervios para exhibir en su plenitud el juego que lo ha caracterizado a lo largo del torneo.
Con dientes apretados
Las anfitrionas probaron con variantes y con la rotación de su frente de ataque. Avisaron con cinco remates claros que nacieron desde el mismo corazón del área tucumana; generaron peligro en los momentos justos frente al arco defendido por Fernanda Ruiz Díaz. Las chicas del seleccionado de Mendoza presionaron y condimentaron casi hasta el cierre del primer tiempo un 0 a 0 caprichoso.
Pero ante tanta insistencia, a los 18’, con un remate cruzado, la capitana Borravino, Mariana Dimaría, hizo estallar las gargantas de todos los presentes con el grito de gol más redondo de la noche.
El escenario ya no sería el mismo en el segundo tiempo, porque Tucumán propuso una dinámica muy diferente e intentó reposicionarse en el terreno de juego, tomando la iniciativa y buscando incomodar a la defensa de Mendoza. El partido se fue cerrando...
Hasta el final
Mendoza aguantó la diferencia desde el lugar en el que se sintió más cómodo, en el ataque. Sobre el medio campo, con el control del balón supo fortalecer su apuesta por el campeonato. Hizo circular la pelota buscando dar la estocada final, pero también sufrió cuando un disparo estalló sobre el palo cuando el partido ya se moría, se tuvo que sufrir para desatar la alegría.
