El proyecto denominado “Multiespacio Cultural Bodega Faraón” en General Alvear ya está en marcha y de esta forma se agrega a la oferta turística un espacio por sí solo interesante como historia y como un sitio con diferentes propuestas culturales.
Después de algunos avatares donde se cuestionó su adquisición por la comuna, se logró reincorporarlo al patrimonio alvearense ya que en 2006, durante la gobernación de Julio Cobos fue declarado “Patrimonio de la Provincia”.
El lugar comprenderá finalmente un espacio para museo del vino, un anfiteatro emplazado junto a los piletones de fermentación continua, una bodega boutique para desarrollar enoturismo, galería y talleres de arte, paseo de artesanos y un hotel spa. Los últimos tres espacios serán los últimos en ponerse en funcionamiento.
En tanto, ya están listos la refuncionalización del edificio existente con talleres de arte visitas guiadas y algunos eventos que pueden realizarse en la parte existente y que está en condiciones. En el resto del edificio principalmente se está trabajando en la recuperación de elementos de trabajo de distintas épocas y reacondicionamiento edilicio como revoques y pintura.
Cabe destacar que el último hallazgo y a través de una convocatoria a la población, se recuperó un libro de visitas con hilos de oro que estaba en manos de un cuidador del lugar quien atesoró también algunos otros objetos de valor para armar el museo que será exhibido a las visitas en poco tiempo más.
De acuerdo a la directora del Museo, Samanta Mateo, los ejes principales sobre los que está sustentado el proyecto son revalorizar todo como un espacio cultural con el objetivo de ser reconocido por su valor histórico patrimonial, para que la población de General Alvear junto con el turismo nacional e internacional pueda recorrer y conocer el funcionamiento de este sistema, tan importante para una provincia vitivinícola como Mendoza.
En la parte de la bodega se encuentra instalado el sistema de vinificación continua creado por el ingeniero Víctor Cremaschi en 1949 y patentado por él a nivel mundial. También se ha diseñado un multiespacio cultural donde convivirán diferentes actividades artísticas para expresar y desarrollar la cultura, revalorizando y fomentando la identidad del departamento.
Dentro de las viejas piletas de fermentación se creará un recorrido interesante donde se exhibirán los elementos que este establecimiento tiene hoy en depósitos, sin poder ser mostrados. También es idea exponer la historia de los distintos enólogos y personas reconocidas del departamento, como por ejemplo del ing. Víctor Cremaschi y el enólogo y profesor Julio Zaragoza, entre otros.
En una segunda etapa se dejará habilitado un paseo de artesanos y luego se construirá un anfiteatro para ser usado para fiestas departamentales como la Vendimia u otras actividades culturales que son imposibles de realizar por la ausencia de un lugar acondicionado.
La parte final contempla la habilitación de un spa y un restaurante gourmet.
El intendente Walter Marcolini destacó al dejar habilitado el lugar junto a varios funcionarios y público estar feliz de “anunciar una buena noticia: el patrimonio de General Alvear, los intereses culturales del pueblo están protegidos y hoy están en manos del estado municipal”
Esto fue dicho en respuesta a la oposición que planteó dudas que aparentemente están superadas. El jefe comunal declaró que era una oportunidad única, “porque no hay otro momento o bien que pueda reemplazar a la Bodega Faraón esa es la gran decisión política que hemos llevado adelante como beneficio para todos los alvearenses”.
El proyecto general fue presentado al público por la Directora del Museo Municipal, Mariana Carbó.
Cambio en la vinificación que hizo historia
El edificio de la ex bodega Faraón se encuentra en Los Compartos, calle 10 y ruta Nacional 188. Fue construido en el año 1905 por Anselmo Cremaschi, una estructura que luego se conoció como bodega Faraón y cuya razón social fue Valle de Nubia SRL.
Su hijo, el ingeniero Víctor Cremaschi, fue quien en 1941 construyó una batería de piletas cónicas que permitieron una mayor higiene en el tratamiento del mosto y mejoró la calidad en la obtención de los vinos, pues por su forma elimina las semillas y borras gruesas, precursoras de gustos amargos.
En 1948 se construyó y patentó a nivel mundial la “fermentación continua”, idea que revolucionó la industria vitivinícola porque ingresó la tecnificación en las bodegas.