La bicicleta se expande por América Latina, pero aún el vehículo es rey

La bicicleta se expande por América Latina, pero aún el vehículo es rey

El uso de la bicicleta se expande por las principales ciudades de América Latina, donde comienza a ganar espacio como medio de transporte, pero todavía falta mucho para convertirla en una real alternativa a los automóviles, coincidieron expertos reunidos en Santiago.

En ciudades como Buenos Aires, Río de Janeiro, Ciudad de México, Santiago y Bogotá cada vez son más las personas que usan bicicleta para trasladarse desde y hacia sus lugares de trabajo.

“Las ciudades más grandes están avanzando a una velocidad realmente sorprendente” en el uso de la bicicleta, dijo Sebastián Lew, analista de planificación urbana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Cada domingo en Bogotá más de dos millones de personas copan los 121 km de ciclovía que se abren al público tras limitar la presencia de automóviles. En Buenos Aires, más de 160.000 personas usan la bicicleta pública como modo de transporte, mientras que en la capital mexicana se duplicó el número de ciclistas entre 2007 y 2015.

En Santiago de Chile, de 7 millones de habitantes, entre 2008 y 2011, el sistema de bicicletas públicas ayudó a reducir las emisiones de carbono en casi 500 toneladas. Hoy el sistema está presente en 14 comunas, con 2.100 bicicletas, mientras en paralelo avanza la construcción de una ciclovía a orillas del lecho del río Mapocho, que cruza la ciudad de Este a Oeste.

Ciudades pequeñas

“Hay muchas ciudades grandes que son ya parte de esta ola. Lo que viene ahora es una transformación de segunda generación de las ciudades más chicas”, dice Lew, miembro también del equipo coordinador de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), en Washington.

La transformación se sustenta en la decisión política, la participación de las organizaciones ciudadanas y el cambio cultural de la población.

“Que la gente se subiera a una bicicleta como medio de transporte era algo impensado en Argentina hace seis años, pero hoy es una realidad porque hubo la decisión política de hacerlo”, destaca Paula Bisau, de la dirección de movilidad de Buenos Aires, una ciudad que hoy cuenta con 158 km de ciclovías en el área central, las que se esperan duplicar en los próximos 5 años.

“Si construimos ciudades para los autos, vamos a tener más automóviles; si construimos ciudades para las bicicletas tendremos más bicicletas”, aportó de su lado, Jesper Fersløv Andersen, embajador de Dinamarca en Chile, cuya capital Copenhague, es una de las ciudades donde más se usa la bicicleta en el mundo.

Pero pese al avance de la bicicleta todavía el auto reina en América Latina. Para fomentar el uso de la bicicleta los gobiernos deben trabajar en capacitación sobre seguridad vial, con reglas de tránsito claras para ciclistas y una mayor señalización, así como en la forma de compartir el espacio público en el caso de los automovilistas, de acuerdo a las recomendaciones contenidas en la guía “A todo pedal” elaborada por el BID y lanzada en el marco del Foro Mundial de la Bicicleta.

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