La batalla de los cinco ejércitos

Mañana, primer día del nuevo año, se estrena la tercera y última parte de la segunda trilogía que dirigió el neocelandés Peter Jackson sobre la obra de Tolkien. Ver las tres películas de “El Hobbit” lleva más tiempo que leer el libro.

La batalla de los cinco ejércitos
La batalla de los cinco ejércitos

Los lectores de J. R. R. Tolkien siempre supieron que es en vano ir a la librería a buscar más obras del escritor. Que después de su muerte y tras su legado con “El Hobbit”, “El señor de los anillos” y “El Silmarilion” (libro póstumo que publicó su hijo), no hay recopilación, cuentos inéditos ni nueva edición inventada a partir de bocetos, que cubra el deseo de seguir leyendo sus aventuras épicas.

Los fans de las películas que le dieron vida a la Tierra Media ahora también saben que con el estreno de la tercera parte de “El Hobbit” se acaba esta gesta.

El primer día de 2015, es decir mañana, “El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos” llega a los cines como la cola de un dragón, a cerrar la trilogía. Llega también con el delay de una carta extraviada, porque el estreno de la película en otros países fue hace varios días.


¿Qué cuentan los 144 minutos del film?
Sin una pizca de spoilers, se puede decir que esta última entrega funciona como un epílogo de la historia central del joven Bilbo Bolsón (con toda la relatividad que tiene la palabra "joven" en la Tierra Media, donde elfos, enanos y hobbits pueden vivir cientos de años).

Sin prólogo, el film retoma la historia directamente donde quedó en la segunda película: Smaug, el temible dragón que escupe fuego y frases irónicas, fue confrontado, abandonó el tesoro de la Montaña Solitaria y, antes de irse, prendió fuego la aldea de Ciudad del Lago.

Ahora, ese tesoro está libre y sin guardián, y la avaricia se despierta entre los que quieren quedarse con él y con la Montaña Solitaria, los cinco ejércitos que conforman el título del film: Thorin escudo de roble (Richard Armitage) y los enanos de su compañía; los hombres de la Ciudad del Lago, comandados por Bardo (Luke Evans); los elfos del Bosque Negro que lidera Thranduil, el padre de Legolas (Lee Pace) que también quiere su tajada de joyas; las tropas que lidera Azog, el orco de Moria de ojos claros y bracito con gancho; y, como si no hubiera suficiente variedad de criaturas en la fiesta, se suma una hueste de trasgos y murciélagos.


Mi amigo, el petiso
La amistad (y el amor) como un valor que trasciende las razas, la avaricia por el oro y el poder, la debilidad y locura de los que gobiernan y la eterna amenaza del lado oscuro siguen siendo los temas.

Aunque esta vez el director Peter Jackson dedica la mitad del film a hacer lo que mejor sabe: mostrar una batalla en imágenes, con travellings que recorren los paisajes de Nueva Zelanda, con música épica en continuado, con un leve giro gore apto para todo público y con escenas de lucha en las que detrás de cada piedra puede surgir una criatura monstruosa.

El tiempo que se toma la puesta en escena de la contienda explica por qué Jackson cambió el título del film a mitad de camino, probablemente cuando estaba en la sala de edición eligiendo tomas.

Originalmente, el título de la última parte de la trilogía iba a ser “The Hobbit: there and back again”, en honor a la novela de Tolkien. Pero a medio camino pasó a llamarse “El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos”, poniendo el acento en la contienda, que en el libro ocupa unas seis páginas y en el film es un despliegue de dimensiones épicas más cercano a “Ben Hur”.


Orejas puntiagudas
El elenco está compuesto, al igual que en las anteriores entregas, por una nutrida lista de figuras que quedarán asociadas para siempre a sus perfiles de la Tierra Media: Martin Freeman y Richard Armitage se destacan en los protagónicos como el hobbit Bilbo Bolsón y el enano Thorin, escudo de roble (sin embargo Armitage es, a juzgar por las fotos de la alfombra roja de la avant premiere del film, altísimo); Ian McKellen y Cate Blanchett interpretan por última vez a Gandalf y Galadriel (y son así los únicos actores que aparecen en las seis películas de la Tierra Media); Evangeline Lilly le pone el cuerpo a la elfa Tauriel (el personaje inventado por Jackson y uno de los más resistidos por los fans ortodoxos de la novela); Luke Evans es Bardo, el valiente padre de la Ciudad del Lago; Lee Pace es el altanero elfo Thranduil y Orlando Bloom se vuelve a calzar la peluca de Barbie para interpretar a Legolas (hijo de Thranduil).

Y, claro, están los actores que le ponen el cuerpito a los demás enanos y Benedict Cumberbatch, que hace las voces de Smaug y Sauron (aunque en las versiones dobladas al español no se podrá escuchar).

Un elenco de notables y el acento en la fotografía y los efectos especiales son la apuesta final de Jackson sobre un guión escrito entre él, Fran Walsh, Philippa Boyens y Guillermo del Toro, quien iba dirigir “El Hobbit” hasta que decidió abandonar el proyecto por inconvenientes consecutivos. Jackson, entonces, decidió tomar las riendas otra vez.

En la primera parte, el director anunció que el gran avance del film era que tenía 48 cuadros por segundo (toda una novedad para un cine que hasta entonces se hacía en 24 cuadros por segundo). Tras algunas críticas que señalaban que esa técnica quitaba realismo a las imágenes, en la segunda y tercera parte perfeccionó el color y la graduación de las imágenes, para mejorarlas.


Un thriller con enanos
En una entrevista de la revista Variety, Jackson explicó por qué se enorgullecía de la película y en qué este film se distingue de los anteriores: "Quería darle el ritmo de un thriller. Quería hacerlo agudo y veloz antes que darle el típico ritmo de una gesta épica".

También admitió que se vio beneficiado por esta parte de la historia, en la que hay más muertes: “Sé que es una cosa un poco primitiva para decir, pero podés tener tanto más poder emotivo cuando un miembro principal de los personajes tiene una escena de muerte”, agregó. Cuál de ellos será el sacrificado, sin embargo, es un delicado tema que, nobleza obliga, queda fuera de discusión.

Más allá de las críticas ya publicadas sobre el film (tiene un tímido 60 por ciento de comentarios positivos en el sitio Rotten Tomatoes), para la mayoría de los seguidores hay un dato más emotivo que narrativo: será la última vez que Ian McKellen fume la pipa de Gandalf.

El mismo Jackson cuenta que al dirigir al actor en su última escena como mago de cejas tupidas, le dijo: “Nunca más te vas a poner esta barba ni a usar esta túnica y este sombrero. Eso para mí también será muy difícil”.

Ahora, está en manos de los los seguidores que la historia continúe en textos, videos, parodias y comics de fan fiction. La aventura necesita aventureros.

La ficha

"El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos"
Género: Acción
Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro. 
Dirección: P. Jackson. 
Con: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage y otros. 
Duración: 144 minutos.

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