Está claro que no es un año saludable para Godoy Cruz. Es evidente que estos meses vienen siendo muy duros en la Bodega. En todo sentido.
Al mal momento futbolístico que vive el conjunto de Gabriel Heinze, se le suman los reiterados y graves hechos de violencia que han cometido los hinchas.
El accionar de algunos inadaptados desde que arrancó el campeonato-arrastran acontecimientos del 2014- viene dejando huellas profundas en las arcas del club. No es gratis. Todos lo saben. Pero a ellos poco les importa al momento de lograr el objetivo, como en el partido ante Racing cuando “decidieron” suspender el espectáculo arrojando proyectiles al terreno.
El vandalismo de un sector de la hinchada principal provocó varias sanciones de AFA, y los dirigentes debieron abrir la caja fuerte y afrontar las multas correspondientes.
Desde la dirigencia, con José Mansur a la cabeza, estiman que las pérdidas superan ampliamente el millón de pesos. “Es así, no tengo el número redondo pero fácilmente la cifra es mayor”, remarca el titular del Expreso, con un dejo de bronca.
Y todo en los cortos ocho meses que se lleva de temporada. La preocupación es enorme en la dirigencia, teniendo en cuenta que aún le restan varios compromisos como local y no saben la reacción que pueden tener los grupos más violentos.
El equipo no hace pie en el campo de juego y la paciencia es cada vez menor, aunque todo queda a segundo plano cuando se dan acontecimientos como el registrado frente a la Academia.
En año pasado el club debió desembolsar un buen dinero para hacerse cargo de ciertas sanciones- también responsabilidad de los popes por permitir el ingreso de simpatizantes visitantes-, sino hay que recordar las visitas de River e Independiente de Avellaneda. Pero todo se fue profundizando desde que en este 2015 empezó a rodar la pelota.
El primer capítulo negro fue en el clásico ante San Martín de San Juan, con la aparición de bengalas en la popular que sirvió de escudo para que varios, desde el anonimato, aprovecharan para tirar objetos contundentes al campo. ¿Qué pasó? El Tribunal de Disciplina hizo lo suyo y castigó al Tomba.
La historia siguió en el partido con Lanús. Ese día, un rollo de papel lanzado desde la tribuna sur impactó en el ojo del masajista Granate, quien debió ser operado en nuestra provincia.
El club no terminaba de pagar lo anterior y ya tenía otra multa encima. De no creer.
En esa oportunidad AFA reunió viejos antecedentes negativos y no tuvo contemplaciones: a jugar a puertas cerradas frente al Rojo en la próxima presentación en el mundialista.
Jugar sin público produjo, en esa oportunidad, una pérdida de $700 mil como mínimo, pero hilando fino habría sido más elevada al momento de afinar el lápiz. Cero ingresos y muchos gastos fijos para montar el encuentro.
Después de esa cadena de malos pasos parecía que las cosas comenzaban a transitar por caminos más tranquilos. Fue sólo un espejismo...
Algo se rompió en el Expreso. La soga se cortó por algún motivo.
El partido con Racing fue la excusa perfecta para que algunos inadaptados preparan un terreno de violencia y barbarie. Con la obra armada desde hace tiempo resolvieron con piedras y mampostería del baño terminar con el partido.
Fue el último acto irracional.
Y así la cuenta en rojo no para de crecer.
De arrastre. En el 2014, en el partido contra River por el torneo local y con hinchas "neutrales", los barras tombinos rompieron 45 butacas de la platea. El club debió pagar $ 9.000 por los daños.
Clásico caliente. En la primera fecha de este certamen recibió a San Martín (SJ). Aparecieron bengalas y los hinchas arrojaron proyectiles. La multa fue de 300 entradas por 4 partidos ($ 120 mil).
Otra pena. Ante Lanús (fecha 5), el masajista visitante fue golpeado con un rollo de papel, que determinó una cirugía por desprendimiento de retina. La multa correspondió a 500 entradas por 6 juegos ($ 270 mil).
Enorme perjuicio. Debido a los malos antecedentes y al hecho vivido contra el Granate, frente a Independiente (fecha 7) jugó a puertas cerradas. La pérdida económica, como mínimo, alcanzó los $ 700 mil.
Último acto. En el duelo reciente con Racing, algunos inadaptados destrozaron uno de los baños del estadio, cuya mampostería fue usada para arrojar al campo de juego. El Tomba debería abonar $ 26 mil.
Pedido especial para el clásico
La pasada semana, y pensando en lo que viene para esta fecha importante del campeonato, José Mansur estuvo reunido con el presidente de San Martín de San Juan, Jorge Miadosqui, y el titular de AFA, Luis Segura. ¿Qué se habló en un café de calle Viamonte?. Se hizo hincapié en el tema seguridad para el choque del sábado (16.10) entre el Verdinegro y Godoy Cruz, partido que se disputará en el estadio Hilario Sánchez.
Es sabido la rivalidad que existe entre ambas parcialidades y los antecedentes no son buenos. La última visita del Tomba a ese esa cancha terminó con agresiones de hinchas y policías sanjuaninos a simpatizantes Bodegueros y al micro que trasladó al plantel.
“Planteamos un par de lineamientos para que se diagrame un operativo de seguridad especial. El presidente (Miadosqui) se comprometió a realizarlo y dijo que brindará todas las garantías”, expresó el presidente tombino. No hay dudas que es un encuentro de alto riesgo por donde se lo mire. Ojalá que termine en paz.