A l frente de la banca empresas de HSBC, Patricia Bindi es una de las tres ejecutivas locales que recibió recientemente una distinción del Yahoo Finance que la ubicó entre las 40 personas del mundo de los negocios más comprometidas. Con más de tres décadas de experiencia en el sistema financiero argentino, Bindi analizó en diálogo con El Cronista las realidades financieras que enfrentan las mujeres, desde las pequeñas emprendedoras hasta las grandes empresarias.
- ¿Cómo surgió la iniciativa de Mujeres al Mundo y en qué están trabajando?
Hace dos años me propusieron ponerme al frente de un grupo interno del banco, que se llama Balance. Acepté ese desafío en conjunto con mi colega de retail banking, Constantino Gotsis. Ese grupo despertó algo en mí, de poder ayudar, de conocer mujeres apasionadas y comenzamos a ver qué podíamos hacer para nuestros públicos externos, que repliquen lo que el HSBC ya venía trabajando en forma interna. Y se nos ocurrió esto: ayudar a las mujeres a conectarlas, tanto en mercados locales como internacionales. La idea fue conectar a las mujeres que forman parte de la banca de empresas, que es el segmento que manejo en el banco. Este incluye a empresas pequeñas, con una facturación anual de hasta u$s 2 millones, medianas y grandes locales. A su vez, mi colega de retail tiene la banca individual y la banca emprendedores. Para ambos grupos es interesante. En todos estos segmentos hay muchas mujeres, que pueden beneficiarse por el contacto con otras.
- Hace poco se aliaron con el IFC, ¿Qué permite este acuerdo en términos de benefiios para sus clientes?
El IFC es un organismo internacional, pata financiera del Banco Mundial, que tiene desarrollado un programa en países emergentes que se llama Banca Mujer. La gente de la banca global nuestra nos propuso reunirnos con el IFC, porque ellos ya habían escuchado nuestra propuesta y le podían agregar valor. Realmente, firmamos un contrato hace dos meses atrás, que en una primera etapa va a significar una ayuda en lo que es consultoría. Es decir, nos van a ayudar a crear una metodología y así presentar una propuesta de valor para nuestras clientas mujeres en los distintos segmentos: emprendedoras, exportadoras, mujeres en puestos de decisión dentro de empresas Pyme. Dentro de esta iniciativa hacemos desde reuniones con clientes y no clientes para poder conocer las necesidades particulares de las mujeres; hasta una línea exclusiva para mujeres exportadoras, que tenía una tasa diferencial. La idea no es sólo ofrecer un paquete de productos, sino también conectar el capital social.
- ¿Considera que las necesidades de financiamiento de las empresarias son distintas de las de sus pares masculinos?
Creo que todo está cambiando, y para bien. Las necesidades no son distintas, pero en general las mujeres tienen un poco de mayor aversión al riesgo. Las mujeres no somos de cambiar de banco, somos más leales a esas entidades. Buscamos soluciones para cada uno de los perfiles.
- Pareciera que se dejó atrás el concepto de "banca rosa"...
Si, esto va mucho más allá. El objetivo de la banca mujer es potenciar los negocios de que cada una de las clientes mujeres puedan tener como emprendedoras y, además, le ofrecemos una tarjeta de crédito donde acceder a todos los descuentos que se podían ofrecer en otros momentos. Hace falta que la mujer se anime y nuestro objetivo es impulsarla.
- En este contexto de crisis, ¿tuvieron que modificar las condiciones del programa de exportadoras?
En este contexto de caída de depósitos en dólares, la prioridad de este y de todos los bancos es de estar líquidos. Por eso, se dejó en un compás de espera esa línea hasta que dejemos atrás esta volatilidad. Pero es una línea con mucho potencial porque hoy en día Argentina tiene que exportar, en un mundo que cada vez está más complicado.
