La aventura narco mendocina termina en una cárcel de Chile

Alrededor de 18 presos mendocinos están detenidos en la cárcel de Los Andes, Chile. Todos por narcotráfico. Y cada vez hay más mujeres. La vida de encierro en otro país. Desde una jefa narco condenada a 17 años pasando por "mulas," hasta pequeños pasadore

La aventura narco mendocina termina en una cárcel de Chile

Tras el sueño de hacer un dinero importante en poco tiempo, con un riesgo -para ellos- menor y enamorados de un negocio ilegal por demás lucrativo, muchos mendocinos cruzan la frontera del paso Los Libertadores en micros, autos, camiones, hacia Chile con droga, básicamente llevan marihuana.

Algunos pasan; otros no. A los que no logran su objetivo y son atrapados por la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), la vida se les complica demasiado: es cuando quedan apresados en alguna de las diez unidades penales con los que cuenta la provincia de Valparaíso y que hoy albergan a 40 mendocinos entres sus reclusos; el 100 por ciento de ellos, vinculados con el delito de narcotráfico.

"Deben quedar en prisión preventiva ya que la mayoría de ellos no tienen domicilio ni familiares en Chile y el proceso de la preventiva puede lleva hasta ocho meses. No hay otra que queden encerrados porque ni siquiera pueden apelar a una domiciliaria", explica Lissette de la Fuente, una de la abogadas de la Defensoría Oficial de de Los Andes.

En Los Andes, la primera ciudad que aparece después de la frontera, ubicada a 32 kilómetros de Los Libertadores, está el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP), que entre varones y mujeres imputados y condenados, hoy suman 42 los detenidos extranjeros de un total de 300; de esos, 18 son de Mendoza.

El CCP queda en calle Carlos Díaz, al 64, en pleno centro de una ciudad que crece de la mano del tráfico de marihuana a la falda de lo cerros. Es un edificio tan antiguo como la cárcel vernácula de Boulogne Sur Mer, pero más pequeño, y mucho más cuidado; en Chile ese penal depende de la Gendarmería.

"Todos ellos (por los mendocinos ) están por narcotráfico", según explica el comandante a cargo de ese centro carcelario, Walter Muñoz. Cuando Muñoz habla de vinculación narco hace referencia a la larga cadena de ese negocio millonario que se compone desde "mulas" (en Chile las llaman "burreras" y son las personas que llevan drogas en su cuerpo o adheridas), intermediarios varios y hasta verdaderos capos narcos financistas. Pero como pasa en Argentina (y en el mundo), los más de los apresados son los pequeños narcotraficantes.

En el ingreso al CCP se ve un cartel-póster de grandes dimensiones con la leyenda "El consumo de drogas encarcela a cualquiera". Y en la imagen aparece una mujer y un hombre, ambos con un chaleco refractario y en la espalda se lee "abogada" en la chica e "ingeniero" en el varón. Cuando se les preguntó a los presos si había algún abogado o ingeniera entre los detenidos respondieron, "no, acá, como en Argentina, casi todos son pobres".

Del barrio Lihué

En la cárcel de Los Andes hay una mendocina que está condenada a 17 años y un día de prisión, acusada de ser líder de una banda chileno-mendocina, que introdujo al país vecino más de tres toneladas de marihuana en 2007.

Se llama Zulema Malbrán, tiene 37 años y es guapa y se ve más joven si se tiene en cuenta que es madre de seis hijos. Además es muy risueña. Zulema está presa desde 2007 y fue condenada en 2009. Junto con ella cayeron su esposo, el mendocino Luis Poblete, confinado a la durísima pena de 47 años y un día y detenido en una penal de máxima en Santiago de Chile. También acompañan a Zulema sus tres hermanos: dos varones y una mujer; todos del barrio Lihué de Guaymallén.

"Por supuesto que no estoy conforme con mi condena. Yo soy primeriza; no tenía antecedentes; creo que la justicia chilena fue muy dura conmigo; harta condena me dieron", asegura con un marcado acento chileno que ya tiene adherido. "Los fiscales de acá son más condescendientes con sus connacionales a la hora de dictar condenas", dice pero sin demasiada vehemencia.

En la cárcel, Zulema es una suerte de líder positiva (algo que es notorio sobre todo en el trato que mantiene con el director Muñoz) que se encarga de todos los eventos intramuros como los festivales para presos. No se perciben en ella las huellas carcelarias de la tristeza.

"También estoy a cargo del taller de corte y confección y tengo a cuatro alumnas. Yo les digo a las chiquillas: 'aprendan porque algún día yo me voy a ir y alguien tiene que enseñar esto'", cuenta. Lo que pasa es que Zulema, al menos hasta ahora, es la que más tarde va a recuperar la libertad en el módulo de condenadas extranjeras.

Las "mulas"

En el CCP de Los Andes hasta hace poco había seis "mulas"; hoy quedan dos. Las "mulas" constituyen el eslabón más débil de la cadena narco. "Las hacen llevar la droga fajada al cuerpo, les pagan cinco mil pesos argentinos promedio, y vuelven a Mendoza. En todos los casos son chicas -hay pocos varones- de muy bajos recursos que no delatan a quienes las mandaron porque ni siquiera los conocen bien.

Acá tuvimos el caso de tres chicas muy jóvenes de Maipú que quedaron presas y que no tenían ningún antecedente policial ni experiencia carcelaria. Recuerdo que ni ropa ni toallitas íntimas tenían cuando ingresaron al penal. Y ellas me contaban que para conseguir todo eso hacían de empleadas domésticas de otras internas", rememora la abogada Lissette, quien las asistió.

Estas tres chicas que fueron condenadas a tres años y un día, regresaron a Mendoza hace pocos meses; a vivir en el barrio 25 de Mayo de Rodeo del Medio.

Daniela Tromba, oriunda de Las Heras, es una de ellas que hoy está presa en el CCP de Los Andes. Al igual que Zulema es de risa fácil pero prefiere no aparecer en la nota, "porque no, me da cosa", dice la chica de 23 años con el pelo muy corto.

"Yo vivía cerca de la cancha de Huracán Las Heras y me gustaría mandarle saludos a mi familia", comenta entre más risas mientras bromea con una agente penitenciaria. Daniela, "que soy Tromba de apellido pero no soy una tromba en la vida real" (más risas), debe cumplir tres años por su tarea de traspaso de droga de Mendoza a Chile. Es una más de las internas pobres.

Varones

De los 12 varones mendocinos que conviven en el CCP de Los Andes, sólo accedió a hablar con este diario el mendocino Carlos Alarcón (21), oriundo de Colonia Segovia, Guaymallén, quien está condenado por el tráfico de un kilo 200 de marihuana. La llevaba en un colectivo y lo agarraron ni bien puso un pie en Chile. Su condena data desde setiembre de 2013 y evidentemente tiene ganas de salir: "me quedan tres años y 61 días de encierro", cuenta al día de la entrevista, el 3 de setiembre pasado.

A Carlos le llaman el "Che Carlo" en el penal de Los Andes. Y él pertenece a los microtraficantes "por cuenta propia", según sus palabras. Su historia en detalle -junta con la de las llamadas mulas mendocinas- será narrada en otra entrega periodística la semana que viene en estas mismas páginas.

"¿Qué es lo que extraño de Mendoza? Un poco a mis amigos y a mis familiares aunque acá en Chile también tengo parientes. Y lo que no deja de llamarme la atención es que en Mendoza siempre tenía a la cordillera de los Andes cuando miraba hacia el oeste. Ahora me la encuentro cuando miro al este. Es raro, ¿no?", finaliza Che Carlo.

En Números

Argentinos presos en el mundo. De acuerdo con los números de la Cancillería, Santiago de Chile es la ciudad que más presos argentinos alberga en el mundo, seguido por las ciudades españolas de Barcelona, Vigo y Cádiz; en todos los sitios, la tendencia es igual: los más de los argentinos están presos por narcotráfico y cada vez hay más mujeres involucradas. En la región chilena de Valparaíso el fenómeno se repite pero regionalizado; el 80 % de los presos son mendocinos.

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